Como lo indica el vocablo, autoestima implica el valor, el respeto, la consideración que se tiene uno a sí mismo. Por tanto, la autoestima abarca la integración de los rasgos corporales, de los rasgos mentales y de los rasgos espirituales que conforman la personalidad. Usted pudiera preguntarse: ¿la autoestima no cambia? ¿me moriré siendo como soy, o puedo modificar en algo mi autoestima?
Pues bien, la autoestima también puede ser aprendida y como todos los procesos de la vida, no es fija, sino que se puede mejorar.
Es conveniente advertir que durante la primera infancia, desde la etapa preescolar, es muy importante que no se haga al niño objeto de burlas, o abochornarlo delante de los demás. La manera en que a un niño lo ve su mamá, su papá, sus maestros, sus amiguitos y todas las experiencias que va adquiriendo, contribuyen a que se forme una imagen de sí mismo. Esa imagen puede ser muy buena o puede ser autodestructiva, y lo peor, es que esa imagen se siembra en la niñez y florece en la adultez. Muchas personas mayores que son tímidas, tienen sentimientos de inferioridad, o se autovalúan muy pobremente; con toda certeza en su infancia fueron objeto de múltiples agresiones contra su dignidad personal.
Por eso el nivel de autoestima es el responsable de muchos éxitos y fracasos no solamente en la escuela, sino tiempo después en la vida en general.
Si se tiene una autoestima elevada y un concepto positivo de sí mismo, se estará en condiciones de potenciar sus capacidades para desarrollar todas sus habilidades y hacer las cosas con seguridad en sí mismo. Pero si se tiene un nivel de autoestima bajo, será más proclive a los pensamientos de derrota y de fracaso.
Ahora bien, el concepto que se tiene de uno mismo, no es algo fijo o condenado a no poder ser cambiado. Por el contrario, cambia en las diferentes etapas o momentos de la vida. Así por ejemplo, invito a recordar cómo se veía a sí mismo en la escuela, después en la Secundaria, en el Preuniversitario y así sucesivamente.
Vamos a ver ahora algunos consejos prácticos para mejorar la autoestima:
1.Quiérase más. Eso está en sus manos, no en las de los demás, pues es una cualidad que radica en usted mismo y le facilitará modificar su propio autoconcepto.
2.Acéptese tal y como es, con sus virtudes y sus defectos. Recuerde que nadie es perfecto, por tanto, no pretenda serlo.
3.Desarrolle y perfeccione su sentido del humor, no le dé tanta importancia a lo que no la tiene, ni a los comentarios de los demás. No se considere el ombligo del mundo, quizá cree que todos están pendientes de lo que hace o dice. Recuerde que todo está en su mente.
4.Emplee más tiempo en hacer lo que le satisface y le hace feliz.
5.Asuma responsabilidades y tome decisiones. Si se equivoca, aprenda de sus errores y tenga coraje para volver a intentarlo. Nadie está exento de equivocaciones y siempre hay que ver la lección que nos brindan nuestros fracasos y errores. No olvide que “después de la tempestad viene la calma”.
6.Asuma la cuota que le corresponde, porque cualquier error, incomprensión, incomunicación o conflicto en la relación de pareja o en la interrelación con los demás, la responsabilidad siempre es compartida.
7.Reconozca sus propios logros, aunque sean modestos, pequeños o poco importantes. Y sobre todo, hágase un pequeño obsequio como premio.
8.Tenga por lo menos un objetivo en la vida.