viernes, 26 de julio de 2013
Cirugía Ortognática
La Cirugía Ortognática es la cirugía que corrige cualquier tipo de deformidad dentofacial, entendida como aquella deformidad o alteración que afecta tanto al perfil facial como a la mordida.
El concepto que aporta esta cirugía es la movilización del maxilar superior y de la mandíbula hasta alcanzar el equilibrio estético y una buena función masticatoria. Se realiza bajo anestesia general y con incisiones intraorales, por lo que no deja ninguna cicatriz en el rostro del paciente.
Antes de someterse a la cirugía ortognática, cada caso requiere de un cuidadoso estudio de la cara de forma individualizada, que hoy día se lleva a cabo mediante avanzadas técnicas que ofrecen imágenes en 3D de los huesos faciales. La aplicación de la última tecnología médica tanto en el estudio como en la planificación permiten que la corrección de estas deformidades sea mucho más precisa y predictible.
Problemas como la “mordida abierta” (los dientes del maxilar superior no encajan bien con los de la mandíbula) o el prognatismo mandibular o la retrognatia mandibular (la mandíbula protuye en exceso o en defecto) no son sólo cuestiones estéticas, sino que en muchos casos, los pacientes tienen dificultades para hablar y para masticar correctamente. La cirugía ortognática corrige este tipo de problemas.
Planificación
La primera fase antes de llevar a cabo la intervención es la realización de un estudio facial. Mediante la realización de diversas fotografías (de perfil, de frente, sonriendo) se lleva a cabo un estudio exhaustivo del rostro del paciente. A continuación se realiza una radiografía para determinar la salud bucal antes de iniciar la intervención, así como una telerradiografía de perfil que permite contar con información sobre la deformidad ósea de los maxilares, y de cómo estos determinan el perfil del paciente. El siguiente paso es el análisis cefalométrico, que permite realizar un examen científico de los ángulos y las dimensiones de los maxilares. Estas mediciones determinan el porcentaje de deformidad y los cambios y desviaciones de la normalidad.
Finalmente, la fase de planificación termina con una simulación del tratamiento, con lo que el paciente cuenta con una visión real de cuál será el resultado facial tras someterse a la cirugía ortognática. Hoy en día se siguen a la hora de la corrección de la posición de los maxilares criterios estéticos, pero cada corrección debe pactarse con el paciente teniendo en cuenta sus preferencias y su personalidad.
¿En qué casos está indicada?
La cirugía ortognática se utiliza para corregir aquellos casos donde existe una alteración del perfil acompañado de una alteración de la mordida. Los más evidentes son aquellos casos donde la mandíbula esta demasiado protuida (prognatismo) o retruida (retrognatismo). Esta deformidad se puede corregir sólo movilizando la mandíbula, pero en ocasiones para obtener un mejor resultado estético deben movilizarse ambas (maxilar y mandíbula)
Antes y después de un Avance Mandibular
Otra deformidad no tan frecuente es la “mordida abierta”, el caso de aquellas personas cuyos dientes posteriores ocluyen antes que los anteriores, dejando un espacio anterior con lo que el paciente no puede morder.
Caso de "Mordida Abierta"
Otra deformidad (que muchos pacientes desconocen que puede corregirse) es la denominada “sonrisa gingival”, que consiste en mostrar un exceso de encia al sonreír.
Todas aquellas alteraciones en el perfil facial, por tanto, en realidad esconden deformidades dentofaciles que pueden corregirse.
Todas aquellas alteraciones en el perfil facial, por tanto, en realidad esconden deformidades dentofaciles que pueden corregirse.
Dolor, ruidos articulares, problemas mandibulares… el síndrome de la ATM, qué es y cómo solucionarlo
Las siglas ATM se refieren a la articulación temporomandibular, encargada de conectar la mandíbula inferior con el hueso temporal al cráneo. Una articulación básica para funciones diarias de nuestra mandíbula: masticar, hablar… y la que permite que la mandíbula se mueva adelante y hacia atrás.
El paciente afecto del llamado “síndrome de la ATM” acude a la consulta con sintomatología característica en forma de dolor continuado, ruidos articulares e imposibilidad funcional derivada de una mala función de esta articulación. Veamos cómo se diagnóstica este síndrome, los diferentes grados de afectación que puede presentar, y cuál es el tratamiento más indicado en cada caso.
¿Cómo sé si puedo tener el síndrome de la ATM?
Hemos de ser concientes de que este síndrome es muy frecuente y que, en un grado mayor o menor, gran parte de la población puede haber tenido alguno de los síntomas que describiremos. Es la persistencia en el tiempo o la intensidad de los síntomas que nos definirán que verdaderamente estamos delante de problema médico y no de una molestia pasajera . Hay que tener en cuenta que en territorio de la articulación existen gran cantidad de estructuras relacionadas directa o indirectamente y que pueden verse afectadas por este problema (los dientes, la cabeza, las cervicales).
El paciente afecto de esta enfermedad refiere :
- Dolor más o menos intenso en la región articulación, mandibular, y temporal que a veces se confunde con un dolor de oído.
- La mandíbula hace ruido al abrir la boca. Es el signo más evidente y que en muchas ocasiones pasa de ser excepcional a convertirse en habitual e incluso molesto. Los profesionales le denominamos “clic articular”, y manifiesta problemas con el menisco de esta articulación.
- Dolor de cabeza y cervicales. Si los dolores son muy frecuentes, pueden ser un síntoma acompañante que por ejemplo agrave problemas de migraña o distensiones musculares de la espalda.
- Dificultades al abrir la boca, dolor de mandíbula al hablar, al comer o al bostezar.
- Otro síntoma claro es el dolor o el “cansancio” en los músculos de la cara al despertar; igualmente, si la persona con la que dormimos se queja de nuestro “rechinar” de dientes durante la noche (lo que llamamos bruxismo), podemos estar también ante un caso de síndrome de ATM.
Recomendaciones para prevenirlo
Si tenemos uno o varios síntomas descritos anteriormente que nos interfieren en nuestra vida cotidiana, será necesario recurrir a un especialista. Debido a que, como se ha comentado, este síndrome afecta a diferentes zonas del cuerpo, el diagnóstico lo podrán hacer diversos especialistas: un Odontólogo, un Fisioterapeuta, o un Cirujano Maxilofacial o un Psicólogo (puesto que la causa del dolor se puede dar por una situación de estrés, por ejemplo).
No obstante, y antes de que el problema llegue a requerir de un tratamiento, es posible “frenar” su aparición si seguimos los siguientes consejos:
- Como en cualquier problema relacionado con la boca, es fundamental mantener una higiene adecuada de esta y de la dentadura, así como visitar periódicamente al dentista. Reponer los dientes perdidos, prótesis ajustadas y tener un oclusión correcta (manera como cierran los dientes), son las principales garantías para prevenir o minimizar esta enfermedad.
- Cuidar la postura. Sentados o de pie, sobre todo en tareas que requieran mantener durante horas una misma postura, hay que procurar mantener recta la espalda. Y, siempre que sea posible, “moverse”: dejar durante unos minutos el ordenador para hacer unos pequeños ejercicios de estiramiento, por ejemplo.
- Evitar “forzar” la mandíbula si notamos alguno de los síntomas: por ejemplo, no masticar siempre por el mismo lado, evitar apretar los dientes (aunque el bruxismo se da en muchos casos mientras dormimos, también es habitual durante el día, y debemos ser conscientes de que apretamos en exceso los dientes, para dejar de hacerlo). Tampoco es nada recomendable, si ya estamos notando dolor en la mandíbula, abusar de los chicles o morderse las uñas. Por tanto durante el día hemos de vigilar qué actividades nos inducen a mantener los dientes en contacto y apretados y controlar de forma consciente y voluntaria que esto no suceda.
Tratamiento
El tratamiento de este problema es, en una mayoría de los casos, conservador: a través de fisioterapia, tratamiento farmacológico y la corrección de los hábitos que hemos comentado (erradicar el hábito “apretador” diurno, evitar comer alimentos excesivamente duros, chicles, etc) se pueden disminuir considerablemente sus síntomas.
Si los síntomas son importantes, o se repiten a menudo a pesar del tratamiento farmacológico o la fisioterapia, debemos indicar la realización de un estudio de la mordida, y la recomendación del uso de una férula de descarga nocturna. Dicha férula consiste en un aparato de resina personalizado, que encaja en la arcada dentaria y se ajusta a cada paciente, evitando el bruxismo nocturno, con su consecuente desgaste dental, y que provoca en la boca una postura mandibular que evita los efectos perjudiciales de hábitos apretadores sobre la articulación. En algunos casos se recomienda la ortodoncia, en caso que sea necesario corregir la mordida, que puede ser precisamente la causa del síntoma del ATM.
Finalmente, pero sólo en casos muy puntuales, es necesario recurrir a la cirugía, que va desde una simple artroscopia y lavado de la articulación, y la inyección de sustancias regenerativas como el Ac Hialurónico o el PRP, hasta cirugía abierta de corrección de las alteraciones de la articulación (menisco, ligamentos, etc.).
En todo caso, debido a que la patología de la ATM puede estar causada por múltiples factores, es importante que el paciente acuda a un centro donde se le ofrezca un tratamiento multidisciplinario compuesto por diversos profesionales: odontólogo, ortodoncista, fisioterapeuta, psicólogo y cirujano maxilofacial que trabajarán en equipo e individualizarán el tratamiento en cada caso.
Además es importante concienciar al paciente que puede interpretarse el Síndrome de la ATM como un síntoma de una excesiva tensión y estrés general, y que por tanto tomar medidas generales a nivel de relajación y de aliviar tensiones cotidianas debe ser contemplado como un tratamiento complementario pero igualmente importante.
Cómo actuar ante una crisis de asma
Entre los factores desencadenantes de las crisis de asma se distinguen alergias, ciertos medicamentos e infecciones, entre otros.
A menudo los asmáticos pueden tratarse las crisis solos recurriendo a medicamentos broncodilatadores con los que ya están familiarizados. A veces, sin embargo, si no tienen la medicación a mano o si por la gravedad de la crisis no pueden administrársela, necesitarán de la ayuda de terceros.
¿Cómo reconocer una crisis de asma en otra persona?
La víctima presenta:
- Dificultades respiratorias con una fase de expiración muy larga;
- Silbido cuando expira;
- Angustia o agitación;
- Dificultad para hablar o susurrar;
- Tos seca.
¿Qué hacer frente a una crisis de asma?
- Guardar la calma y tranquilizar a la persona. La angustia solo agravará la crisis;
- Colocar a la persona en la posición en la que se sienta más cómoda, generalmente sentada;
- Pedirle que respire lenta y profundamente;
- Preguntarle si toma medicación, proveérsela si la lleva con él y ayudarle en su administración.
- Si se trata de la primera crisis, la persona no tendrá ningún medicamento al cual recurrir. En este hay que poner a la persona en una posición cómoda y llamar al médico de cabecera o la emergencia médica. No hay que darle ningún medicamento que no haya sido recetado.
- Seguir los consejos que dé el médico.
¿Cómo reconocer una crisis grave?
- La crisis dura más de 10 minutos;
- La falta de aliento se agrava y la persona casi no puede hablar;
- Coloración azul de la piel;
- Sudor;
- La victima presenta signos de agotamiento. En ese caso puede sentir somnolencia e incluso perder conciencia y finalmente dejar de respirar.
En esta situación hay que llamar inmediatamente una ambulancia.
Si la víctima pierde el conocimiento y deja de respirar hay que realizar las maniobras habituales para caso de paro respiratorio. (1)
Para evitar que esto ocurra…
- Nunca acostar a una persona que presenta signos de crisis asmática;
- Si las inhalaciones del broncodilatador (medicamento del asmático) son ineficaces al cabo de 10 minutos, llamar a las urgencias médicas;
- Las personas asmáticas deben estar controladas por un médico de manera regular y siempre tienen que llevar consigo la medicación recetada.
miércoles, 17 de julio de 2013
Poner freno al mal aliento
El mal aliento es una percepción sensorial que los demás tienen de nosotros y que puede repercutir a largo plazo en la vida social de quien padece halitosis. Descubre las causas y los remedios para poner freno a un problema que puede afectar a tu vida social.
Causas gastronómicas y digestivas
Causas gastronómicas y digestivas
Por norma general, el estómago es muy hermético y solo deja que pasen algunos gases al eructar. Algunos alimentos pueden alterar el aliento de forma pasajera durante la digestión. Los causantes suelen ser: ajo y cebolla, salsas muy grasas, alcohol, etc.
Un emulsionante gástrico o un acelerador de la secreción de la bilis son suficientes para que el comensal que no padece afecciones digestivas acabe con esos molestos efectos.
Reflujo gastroesofágico
Influye en el aliento de las personas que no presentan afecciones digestivas. El tabaco y el alcohol suelen ser los responsables, pero a veces no se sabe cuáles son sus causas. En tales casos, el aliento es algo desagradable, incluso fétido.
Los medicamentos antiacidez y antirreflujo deben tomarse bajo estricta prescripción médica. Son eficaces, especialmente en niños.
Enfermedades dentales
Suelen ser la causa persistente de un mal aliento.
Las caries descuidadas suelen ir acompañadas de una gingivitis y pueden complicarse con abscesos. Todo ello puede dar lugar a que despidamos un fuerte olor.
Retención de alimentos
Los dientes picados y rotos son un auténtico nido de partículas alimentarias que se quedan estancadas y se pudren poco a poco. Cuando la boca está en mal estado se identifica por un olor bastante característico.
Problemas bucales
Todas las inflamaciones e infecciones de la boca pueden causar halitosis.
Entre las más comunes se encuentran los hongos (muguete) y las anginas.
Problemas de la nariz y los senos del cráneo
Son más frecuentes de lo que se piensa. Las rinitis, las sinusitis crónicas y la rinitis atrófica costrosa repercuten a largo plazo en el aliento.
¿Qué hacer en caso de halitosis?
- Tratar las causas locales, en particular bucodentales, pero también de garganta, nariz y oídos;
- Reducir el consumo de los causantes del mal olor: tabaco, alcohol, alimentos, etc.;
- Buscar un remedio para la acidez gástrica;
- Hacer un análisis general si el mal aliento continúa después de aplicar todas estas medidas.
Si buscas quedarte embarazada, ¡no fumes!
Cuando se busca un bebé, ya sea de manera natural o mediante fecundación in vitro, es importante que tanto la mujer como el hombre dejen de fumar para aumentar las probabilidades de conseguir un embarazo. Repaso por los impactos del tabaco sobre la fertilidad.
© Thinkstock
© Thinkstock
Dejar de fumar antes de quedar embarazada no sólo es un gesto destinado a proteger la salud del feto, sino que también es indispensable para lograr la fecundación.
Dejar de fumar antes de quedar embarazada no sólo es un gesto destinado a proteger la salud del feto, sino que también es indispensable para lograr la fecundación.
Los efectos nocivos sobre la salud general
En el hombre:
- Disfunción eréctil (que desaparece cuando se suprime el tabaco)
- Alteración de la movilidad de los espermatozoides
- Disminución del número de espermatozoides
- Aumento de espermatozoides anormales
- Alteración del ADN de los espermatozoides
- Aumento del número de glóbulos blancos en el esperma, factor de hipofertilidad
En la mujer:
- Descenso del número de ovocitos
- Descenso del número de óvulos liberados
- Aumento del número de ovocitos anormales
- Retraso en la concepción, lo que es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que se fuma y el número de cigarrillos que se consumen al día (el efecto es reversible cuando se suprime el tabaco)
- Adelantamiento en unos dos años en la edad de la menopausia
Cuando la madre o el padre fuman el riesgo de infertilidad en la pareja aumenta; de manera que es esencial suprimir el tabaco antes de buscar un embarazo. De hecho, fumar sería una de las razones por las que muchas parejas recurren a la fecundación in vitro. Sin embargo, el cigarrillo también puede impactar negativamente en la eficacia de esta técnica.
Los efectos nocivos del tabaco sobre la fecundación in vitro son conocidos. De manera general, se obtienen menos embriones en las fumadoras y los índices de implantación son peores. Los índices de concepción serían dos veces menores en las mujeres fumadores y los índices de embarazo final (normalmente de un 20%) descenderían a un 15% en las mujeres que se encienden más de 10 cigarrillos al día.
Estrés, tabaquismo, diabetes, cáncer, VIH: ¿Cómo afectan a la salud dental?
Para tener unos dientes sanos y bonitos, la buena higiene es esencial. Pero no siempre es suficiente. Otros elementos menos controlables pueden favorecer el desarrollo de las enfermedades dentales o periodontales. El tabaco, la diabetes, las infecciones, el cáncer o el estrés son factores de riesgo conocidos. Hablamos con el doctor Frederic Duffau, especialista en cirugía dental y periodoncista de París.
¿Cuáles son los factores de riesgo que conducen al desarrollo de la enfermedad dental o periodontal?
"Además de la falta de higiene oral, los factores de riesgo más estudiados están relacionados con la genética y el medio ambiente: el tabaco (más de 10 cigarrillos al día), el estrés (duelo, depresión, acoso laboral...), o la diabetes no controlada (tipo 1 o 2). Entre los más recientes y menos estudiados están la obesidad y el cannabis (más de 40 porros al año). El estrés es un factor agravante, especialmente en los casos de depresión y ansiedad. El año pasado, en mi consulta privada, entre los pacientes con periodontitis (enfermedad inflamatoria de origen infeccioso que se caracteriza por la pérdida de los dientes), la mitad eran fumadores, 23% eran exfumadores, 3%, diabéticos equilibrados, casi la mitad había sufrido un estrés significativo durante el último año y la mitad tenía un terreno hereditario favorable", explica el Dr. Frédéric Duffau.
¿Cuáles son los efectos del tabaco en los dientes, las encías y los implantes?
"Fumar promueve la aparición y desarrollo de la periodontitis mediante el aumento de las bacterias potencialmente patógenas. Por otro lado, limita el potencial para la reparación o regeneración del periodonto durante el tratamiento. Según los estudios, un fumador tiene un riesgo de dos a ocho veces mayor de desarrollar periodontitis que los no fumadores. Y cuanto más se fuma, mayor será el riesgo de sufrir periodontitis. Fumar reduce de forma crónica el flujo sanguíneo y aumenta la vasoconstricción en las encías, tiene un efecto nocivo sobre las citoquinas (moléculas de señalización de la inflamación), disminuye las defensas inmunitarias frente a las bacterias de la placa bacteriana y afecta la producción de factores de crecimiento (implicados en la regeneración de los tejidos). Finalmente, inhibe el crecimiento de fibroblastos y la producción de colágeno. Un fumador, además, tiene un riesgo seis veces mayor de contraer cáncer oral que los no fumadores".
¿El fumar es directamente responsable del desarrollo de ciertas enfermedades dentales?
"No se puede hablar de factores independientes. La periodontitis es una enfermedad multifactorial que implica, por un lado, la presencia de bacterias en una proporción inadecuada y, en segundo lugar, la presencia de al menos un factor de riesgo ambiental o genético. Es importante señalar que el tabaco es, después de la higiene oral, el principal factor de riesgo modificable. Debemos ayudar al paciente a dejar de fumar con intervenciones breves (una información sencilla acerca del papel del tabaco en el desarrollo de la periodontitis puede conducir a que un paciente de cada 55 deje de fumar)".
¿Una persona con diabetes debe ser objeto de un control especial?
De acuerdo a los grandes estudios epidemiológicos, el riesgo de desarrollar periodontitis es de 3 a 11 veces mayor en un paciente diabético desequilibrado que en un paciente sin diabetes. Cuando la diabetes está controlada ese riesgo es el mismo que en pacientes sanos. La hiperglucemia crónica asociada con la diabetes crea problemas de cicatrización de los tejidos y por lo tanto, mayor susceptibilidad a las infecciones, como por ejemplo, las enfermedades periodontales. Tratar la enfermedad es una prioridad para el paciente diabético. Mientras la diabetes no esté controlada, el paciente debe tener un seguimiento regular para asegurarse de que su higiene oral es eficaz y que el estado de la superficie de los dientes es buena. A un paciente con diabetes controlada se le trata como si no padeciera diabetes.
¿A qué tipos de riesgos dentales nos exponen las enfermedades o los tratamientos que alteran el sistema inmunológico, como el VIH o el cáncer?
"La quimioterapia produce muchas anomalías bucales: infección, dolor, sangrado y trastornos del gusto. Los efectos secundarios de los tratamientos aumentan el riesgo de infección, deshidratación y desnutrición y también los casos de depresión debido a la dificultad para poder comunicarse. La radioterapia también puede afectar las membranas mucosas (de forma reversible), las glándulas salivales (dando lugar a alteraciones de la fonación, la nutrición y el sistema inmune) y la circulación sanguínea (lo que aumenta el riesgo de necrosis ósea después de la cirugía dental, que a su vez conduce a un riesgo de infección difícil de controlar). Los pacientes infectados con el VIH tienen un mayor riesgo de sufrir de candidiasis bucal (60% de los pacientes con VIH), la que también se encuentra en los pacientes diabéticos y en las personas con cáncer que reciben quimioterapia. El riesgo de sufrir gingivitis y periodontitis ulcerativas necrotizantes también se incrementa. La candidiasis se manifiesta con una inflamación violenta de las encías caracterizada por dolor al contacto, enrojecimiento y necrosis superficial de la encía y descabezamiento de las papilas interdentales. A veces hay sangrado espontáneo. Este tipo de trastorno también se puede encontrar en los pacientes que fuman mucho y sufren de estrés severo (aproximadamente 5% de los pacientes con VIH)".
miércoles, 10 de julio de 2013
¡El miedo al dentista tiene solución!
Desde la simple aprensión a la verdadera fobia, el miedo al dentista afecta a más de la mitad de la población. Muy a menudo está ligado al temor al dolor y a una mala experiencia infantil. En algunos casos, puede llegar hasta provocar el rechazo de todo cuidado dental.
También llamado estomatofobia en los casos más graves, el miedo al dentista puede tener consecuencias considerables sobre los dientes y la salud en general. Técnicas de relajación, medicamentos, sedación consciente o incluso anestesia general, permiten resolverlo.
El miedo al dentista, uno de los más extendidos
Según un reciente sondeo realizado en Francia, 54% manifiestan temor frente a la idea de consultar a un dentista. Mientras que para un 35% solo se trata de una ligera aprensión, 19% lo consideran un verdadero problema y 2% admiten que nunca consultan a causa de esto. En la mayoría de los casos, este miedo se remonta a la infancia, ya que hay adultos que conservan el recuerdo de una mala experiencia (dolor, tratamientos obligatorios) que transmiten a menudo a los más jóvenes. Se encuentran ejemplos en todas las edades y en todos los medios socioculturales.
Más allá de la simple aprensión que conduce a limitar las consultas y que puede traducirse en manos húmedas o en una aceleración cardiaca una vez en el sillón, el Dr. D. Banoun*, médico estomatólogo nos advierte sobre la estomatofobia: “Como todas las fobias, se trata de un miedo intenso e infundado. Los pacientes vienen acompañados, se desvanecen en la sala de espera, “olvidan” sus citas o simplemente no sacan turno. En los casos más severos, la estomatofobia llega hasta un estado de abandono bucal. Puede acompañarse de otras fobias como el miedo de vomitar, el miedo a la sangre o a los pinchazos.”
Cuando la estomatofobia hace estragos
El hecho de aplazar las consultas hace que se corra el riesgo de agravamiento de eventuales problemas. Sin embargo, más de la mitad de las personas que sufren de esta fobia esperan a que este problema se vuelva grave o fastidioso para consultar. Incluso ante fuertes dolores, algunos prefieren utilizar trucos, diversos medicamentos o drogas el lugar de sacar un turno.
Ante la falta de tratamiento, el sarro se acumula, los dientes duelen cada vez más, se rompen y se caen. “El dolor y la pérdida de dientes puede impedir que uno sonría, hable, coma, salga… con graves consecuencias para la salud y la vida social, destaca el Dr. Banoum. A pesar de todo, algunos enfermos son incapaces de consultar. Tiene vergüenza de su miedo y del estado de su boca, se sienten culpables por haber esperado y temen las observaciones del dentista. La estomatofobia provoca dolores terribles, tanto físicos como psíquicos.”
Las caries no curadas y las enfermedades periodontales pueden también causar patologías cardiacas, problemas otorrinolaringológicos, desequilibrios diabéticos, entre otros.
Las soluciones para reducir la ansiedad y poder curarse
- Primero, ¡hablar!
Sea cual sea el grado de ansiedad, es importante hablar de ello, al menos con el dentista. “Como médicos, debemos preocuparnos del dolor de nuestros pacientes, destaca el Dr. L. Griffiths**, odontólogo infantil. Además, también nos interesa, primero porque un paciente temeroso dudará en volver y luego porque trabajamos mejor en un ambiente sereno”. Los pacientes más estresados pueden solicitar que la primera consulta consista solo en un primer contacto.
Si el simple hecho de sacar turno resulta imposible, y/o si la estomatofobia va acompañada de otros problemas, puede ser útil el sostén de un psicoterapeuta. Para el Dr. Banoum sin embargo, no hay nada mejor que recurrir a otros pacientes estomatófobos que hayan superado sus miedos. Las conversaciones pueden tener lugar en el seno de un grupo de ayuda o en internet a través de blogs y foros de discusión.
- Los trucos y métodos no medicamentosos
Se aconseja evitar cualquier producto excitante y acostarse temprano la víspera de la consulta. Una vez en la sala de espera, el hecho de respirar profundamente, orientar el pensamiento hacia cosas agradables, escuchar música, ayuda a no centrar la atención en el ambiente del consultorio (ruidos, olores) y lo que vendrá.
Algunos dentistas están formados específicamente en uno o varios métodos de relajación que permiten reducir la ansiedad y la percepción del dolor (terapias cognitivas y comportamentales, sofrología, hipnosis, acupuntura, etc.). Puedes encontrarlos en internet o a través del boca a boca.
- Los medicamentos y la sedación consciente
La víspera o el mismo día de la consulta, pueden tomarse medicamentos ansiolíticos o relajantes, prescriptos por el cirujano-dentista.
La sedación consciente puede completar esta técnica o utilizarse por sí sola. El Dr. L. Griffiths la emplea a menudo: “Basta con respirar en la máscara y 5 minutos después, uno está totalmente relajado, como en una nube. Los efectos se atenúan desde que se deja de utilizarla.” Por otro lado, no presenta efectos secundarios y es particularmente útil para los niños, las mujeres embarazadas, las personas mayores y discapacitadas.
La anestesia local sigue usándose en forma sistemática para todo tratamiento que pueda ser doloroso, mientras que la sedación consciente y los medicamentos se utilizan principalmente para disipar las aprensiones y contrarrestar los dolores más leves como la inyección de anestesia.
- La neuroleptoanalgesia y la anestesia general
A los pacientes que por estar demasiado angustiados no responden a la sedación consciente y deben realizarse un tratamiento importante pero relativamente corto, se les puede proponer la neuroleptoanalgesia, una anestesia ligera obtenida gracias a medicamentos analgésicos y sedativos administrados por perfusión. Aunque puede ser ambulatoria, la neuroleptoanalgesia sigue siendo una anestesia, con sus riesgos y contraindicaciones.
En cuanto a la anestesia general, requiere una hospitalización y está reservada, en principio a los casos más graves como por ejemplo, la extracción de varios dientes. El paciente es intubado y generalmente dejado en observación durante la noche. Algunos especialistas aprovechan la ocasión para realizar tratamientos complementarios (cuidados periodontales, colocación de implantes) pero esto está lejos de ser sistemático. En caso contrario, el tratamiento continúa de forma “clásica”.
“El hecho de resolver el conjunto de los problemas en una sola intervención alivia enormemente a los pacientes estomatofobos, destaca el Dr. Banoum. Salen transformados y recuperan la confianza en sí mismos. Algunos hasta aceptan seguir tratándose.”
Prevenir la estomatofobia desde la edad más temprana
Para evitar que el miedo al dentista se instale y se vuelva una verdadera fobia, es importante acostumbrar a los niños a las consultas. Lo ideal es llevarlos al dentista o al dentista infantil desde la edad de 1 año. “El miedo de los niños a menudo está ligado a vivencias paternas, precisa el Dr. L. Griffiths. En realidad, lo que les cuesta a los más jóvenes es permanecer sentados sin moverse y dejarse “manosear” la boca. Acostumbrarlos a frecuentar el consultorio odontológico permite aumentar su confianza y evitar así posibles traumas ante una eventual urgencia”. A continuación, e incluso si no hay dolor o problema aparente, las visitas deben ser regulares, en intervalos de entre tres meses y dos años, en función de las recomendaciones del dentista. A su vez, debe consultarse al ortodontista desde la edad de 9 años.
Maloclusión dental: ojo con el limado de piezas
Bruxismo, dolor cervical y de la mandíbula, migraña… Estos problemas pueden ser causados por una maloclusión dental. Algunos dentistas recomiendan el limado de determinadas piezas, otros se oponen y proponen tratamientos alternativos. Rectificar la maloclusión es importante para la salud de todo el organismo. Hay veces en que se corrige por medio del limado de algunas piezas, pero la práctica se aplica a casos muy específicos. ¿En cuáles?
Comprender el limado dental
La práctica, realizada por el dentista, consiste en limar una parte de los dientes que entran en contacto con otros, a fin de propiciar una oclusión armoniosa e indolora. El limado se recomienda cuando los puntos de contacto entre los dientes provoca un desequilibrio en la mandíbula y en las articulaciones temporomandibulares. Se trata de un trabajo minucioso de apenas milímetros.
Una práctica de último recurso
Si en una primera consulta tu dentista te propone un limado dental, ¡desconfía! En efecto, esta práctica debería efectuarse tras realizar un estudio global de la postura y de las articulaciones temporomandibulares. “El limado puede requerirse para ajustar el engranaje de los dientes. Sin embargo, la corrección oclusal debe efectuarse sobre un terreno neuromuscular equilibrado. Por ello, es interesante que el paciente utilice una férula de descarga durante al menos unas semanas antes. El tiempo que ha de llevarla depende del tipo de patología”, explica el cirujano dentista Jacques Clairé.
Los riesgos del limado dental
Limar una parte importante del esmalte dental puede provocar una lesión irreversible del diente, por eso es necesario que se realice con extrema precaución.
“Hay que entender que el limado es un acto irreversible y si se realiza de manera abusiva puede agravar los dolores del paciente. En algunos casos el dentista debe ponerle una corona al diente limado”, señala Jean-Marie Landouzy, osteópata francés especializado en desequilibrios de las articulaciones temporomandibulares y autor del libro “Mal de dos, mal de dents” (“Dolor de espalda, dolor de dientes”).
A qué especialista acudir
Tanto un dentista como un estomatólogo o un ortodoncista están capacitados para tratar la disfunción craneomandibular (DCM), pero es necesario encontrar a alguien que tenga experiencia en el tratamiento de los problemas relacionados con disfunciones temporomandibulares”, agrega Clairé.
En cuanto a los osteópatas, quiroprácticos o podólogos, su rol es primordial porque el abordaje de los problemas de DCM a menudo es global. “Dada la influencia que tiene la postura general del cuerpo en el equilibrio de la mandíbula, es recomendable que un profesional competente la verifique”, agrega Landouzy.
En conclusión, la maloclusión es un desequilibrio que es posible corregir, siempre que el problema se trate de manera global. Un “simple” limado dental puede resultar ineficaz en la mayoría de los casos.
Los 10 alimentos que te harán más inteligente
Para rendir al máximo, nuestro cerebro necesita estar bien alimentado. En este sentido existen alimentos capaces de aumentar el rendimiento intelectual y, por tanto, facilitar la fabricación de las neuronas, transmisión de impulsos nerviosos o la multiplicación de sinapsis. Descubre los alimentos que debes incluir en tu menú ¡para convertirte en el futuro Premio Nobel!
Aunque sólo representa un 2% del peso total del cuerpo, el cerebro tiene un apetito diez veces mayor que el de otros órganos: para funcionar correctamente, utiliza al menos el 20% de los aportes calóricos del día. Además de las calorías, necesita los nutrientes adecuados para las neuronas, y estos se consiguen a través de una alimentación variada y equilibrada.
El pescado azul (caballa, sardina, salmón...)
Más de un 50% de la masa cerebral está constituida por lípidos y más de un 70% de entre ellos son ácidos grasos que pertenecen a la familia de los famosos omega-3. Estas grasas resultan esenciales en la construcción y el mantenimiento del cerebro preservando la fluidez de las membranas.
También desempeñan un papel importante en la actividad de las neuronas. Una carencia de omega-3 provoca alteraciones en las funciones intelectuales y problemas de memoria. El pescado azul es una de las fuentes más ricas en omega-3 pero si no te gusta puedes optar por el aceite de nuez o de colza.
También desempeñan un papel importante en la actividad de las neuronas. Una carencia de omega-3 provoca alteraciones en las funciones intelectuales y problemas de memoria. El pescado azul es una de las fuentes más ricas en omega-3 pero si no te gusta puedes optar por el aceite de nuez o de colza.
Las legumbres (lentejas, garbanzos...)
El cerebro es un "gluco-dependiente", es decir, sólo utiliza azúcar para funcionar. Consume más de 5 g cada hora pero no sabe almacenarlo. Así, los aportes, que llegan a través del sistema sanguíneo, deben ser regulares. Diversos estudios han demostrado que el rendimiento intelectual, la realización de las tareas más difíciles o la capacidad de memorización dependen de la tasa de glucosa en la sangre.
Sin embargo, debes tener cuidado y no consumir en exceso dulces y golosinas, porque aunque resultan tentadores, pueden provocar variaciones tan fuertes que el organismo reaccionará reduciendo el azúcar en la sangre por debajo de los valores normales; finalmente, esta situación provocará cansancio y un descenso de la atención. Los azúcares, "complejos" o de Índice Glucémico (IG) bajo, son muy importantes. Las legumbres son una fuente rica y su IG es uno de los más bajos, lo que permite regular el índice de glucosa en la sangre y abastecer al cerebro sin causar una hipoglucemia reaccional. Si no te gustan, opta por los cereales integrales, sobre todo los que están cocidos al dente.
Sin embargo, debes tener cuidado y no consumir en exceso dulces y golosinas, porque aunque resultan tentadores, pueden provocar variaciones tan fuertes que el organismo reaccionará reduciendo el azúcar en la sangre por debajo de los valores normales; finalmente, esta situación provocará cansancio y un descenso de la atención. Los azúcares, "complejos" o de Índice Glucémico (IG) bajo, son muy importantes. Las legumbres son una fuente rica y su IG es uno de los más bajos, lo que permite regular el índice de glucosa en la sangre y abastecer al cerebro sin causar una hipoglucemia reaccional. Si no te gustan, opta por los cereales integrales, sobre todo los que están cocidos al dente.
Los plátanos
Ricos en magnesio, imprescindible para la transmisión de impulsos nerviosos, los plátanos son una fuente de vitamina B6 (un sólo plátano cubre prácticamente un cuarto de las cantidades nutricionales recomendadas). Esta vitamina está implicada en la asimilación y el uso del magnesio en el interior de las células y, sobre todo, en el metabolismo de los aminoácidos y el funcionamiento del sistema nervioso: permite la fabricación de ciertos neurotransmisores, sobre todo serotonina y el GABA (ácido gamma-aminobutírico). Estas dos moléculas favorecen los comportamientos prudentes, reflexionados y tranquilos. Si no te gustan los plátanos pueden consumir ciruelas o frutos secos.
El hígado (de ternera, de ave...)
El cerebro utiliza aproximadamente el 20% de las necesidades de oxígeno en el organismo, que a su vez necesita hierro para transportarlo a través de la hemoglobina. El hígado es una de las fuentes más importantes de hierro y de vitaminas del grupo B. A mediados de la década de los 80, se demostró que estas vitaminas, sobre todo la B9, la B12, la B1 y la B6, mejoran las funciones cognitivas y los resultados de los test de inteligencia. Si no te gusta el hígado, opta por el jamón, la carne de ternera o la levadura dietética.
Las frutas del bosque
Todas las bayas comestibles (grosellas rojas y negras, fresas, frambuesas, arándanos, moras...) son verdaderas fuentes de vitamina C (las grosellas están dos veces más concentradas que el kiwi y tres veces más que la naranja) y en micronutrientes antioxidantes (antocianina, polifenoles, flavonoides....).
Luchan contra los radicales libres que pueden afectar a las células nerviosas, sobre todo a las del cerebro, mejoran la circulación y refuerzan los pequeños capilares sanguíneos, lo que permite una mejor oxigenación del cerebro. Si no te gustan, opta por el kiwi o el ajo.
El marisco
El marisco y los crustáceos (ostras, almejas, gambas), ricos en vitamina B12 y en proteínas (sobre todo en lisina que es un precursor de la dopamina, poderoso neurotransmisor) son, sobre todo, una fuente de oligoelementos que favorecen el buen funcionamiento del cerebro y lucha contra el estrés. Entre ellos, algunos son verdaderas "armas terapéuticas" ya que contribuyen, entre otras cosas, a combatir la ansiedad, el cansancio mental y el nerviosismo. Es el caso del magnesio, del cobre, del litio, del zinc y del yodo que encontramos en el marisco. Si no te gusta, puedes consumir pan integral, algas (o sal yodada) y grano de trigo.
Los huevos
Los huevos contienen lecitina y fosfolípidos, un componente estructural de la membrana celular del cerebro y, sobre todo, proteínas. Durante mucho tiempo la FAO los consideró un referente para evaluar la calidad biológica de otras proteínas alimentarias. Los huevos son efectivamente ricos en aminoácidos, imprescindibles para la fabricación de los principales neurotransmisores.
Es el caso de la acetilcolina, necesaria para la memoria, sintetizada a partir de la metionina y de la serina; o la noradrenalina, que estimula el aprendizaje y cuya fabricación depende de la presencia de tirosina y de fenilalanina presentes una vez más en las proteínas de los huevos. Si no te gustan los huevos, piensa en el pescado blanco.
Es el caso de la acetilcolina, necesaria para la memoria, sintetizada a partir de la metionina y de la serina; o la noradrenalina, que estimula el aprendizaje y cuya fabricación depende de la presencia de tirosina y de fenilalanina presentes una vez más en las proteínas de los huevos. Si no te gustan los huevos, piensa en el pescado blanco.
El chocolate
Desde la época de los aztecas, el chocolate se consideraba como un medicamento. Más tarde el legendario seductor Casanova utilizaría el chocolate como afrodisíaco... ¡con excelentes resultados! Desde entonces, el análisis químico de la pasta de cacao reveló que, además de poseer importantes poderes calóricos, la presencia de moléculas similares a la cafeína (teobromina, teofilina) y anfetaminas (feniletilamina, tiramina) hace que el chocolate tenga un verdadero poder tónico y psicoestimulante. Igualmente, su alto contenido en magnesio (330 mg por 100 g) y en moléculas similares a la serotonina (hormona "relajante" puede explicar un cierto efecto antiestrés y antidepresivo.
¡Pero esto no es todo! Los científicos han demostrado que los flavonoides presentes en el cacao provocan una mejor dilatación de los vasos sanguíneos. Estos componentes antioxidantes permiten luchar contra los radicales libres y protegen así la actividad del cerebro. Sin embargo, debes tener cuidado con los excesos. Si no te gusta el chocolate opta por el té (que también contiene antioxidantes) o el café no muy fuerte (debido a la cafeína y su papel psicoestimulante), pero teniendo en cuenta la tolerancia de cada uno y sin excesos ya que, si no, los efectos pueden verse anulados o invertidos.
¡Pero esto no es todo! Los científicos han demostrado que los flavonoides presentes en el cacao provocan una mejor dilatación de los vasos sanguíneos. Estos componentes antioxidantes permiten luchar contra los radicales libres y protegen así la actividad del cerebro. Sin embargo, debes tener cuidado con los excesos. Si no te gusta el chocolate opta por el té (que también contiene antioxidantes) o el café no muy fuerte (debido a la cafeína y su papel psicoestimulante), pero teniendo en cuenta la tolerancia de cada uno y sin excesos ya que, si no, los efectos pueden verse anulados o invertidos.
El aguacate
El aguacate es una fuente de vitamina E. Esta vitamina constituye uno de los antioxidantes más poderosos y protege, sobre todo, el tejido graso del cerebro del envejecimiento. Si no te gusta el aguacate, opta por las frutas oleaginosas (nueces, avellanas...).
Y no olvides que para que tu cerebro rinda al máximo, hay que entrenarlo con ejercicios apropiados, como los juegos de memoria, y no debes descuidar el descanso (el sueño resulta esencial para su regeneración...). Siguiendo estos consejos puede que no consigas un Premio Nobel pero ¡tu cerebro estará en buena forma!
Las espinacas
La característica principal de todas las verduras con hojas es que son ricas en vitamina B9 (o folatos) que participa en la elaboración del tejido nervioso del feto y en la renovación de las células sanguíneas; en caso de carencia, provoca un descenso en la vigilancia y la memoria. Este fenómeno, observado en personas mayores con falta de folatos se explica por el hecho de que la vitamina B9 aumenta o almacena las dendritas (prolongaciones ramificadas de las neuronas). Si no te gustan las espinacas puedes optar por el berro, la lechuga, el brócoli o las hierbas aromáticas. Entre ellas, el romero es muy interesante ya que contiene un flavonoide, la apigenina, que posee propiedades estimulantes que favorece la circulación sanguínea a nivel cerebral.
¿Por qué la falta de hueso provoca dificultades en los implantes dentales?
Está comprobado que la falta de hueso provoca dificultades en los implantes dentales. Esto se debe a que, a la hora de introducir los implantes al hueso, el odontólogo no cuenta con la cantidad y calidad ósea suficiente como para colocarlos de manera correcta.
Por esta razón, en caso de que un paciente no presente la cantidad de hueso necesario para recibir los implantes dentales pero aún así desee llevar a cabo el tratamiento, el odontólogo cuenta con varias soluciones para resolver el problema de falta de hueso.
¿Qué soluciones hay para la falta de hueso?
Existen distintos tratamientos que puede llevar adelante el odontólogo para corregirlo.
1. Tratamiento con injertos de hueso
Uno de los tratamientos con los que cuentan los odontólogos para resolver los problemas de falta de hueso maxilar es el de injertos. Esta técnica consiste en reconstruir el hueso maxilar perdido con distintos tipos de injertos que se afianzan perfectamente a la boca. Una vez que el hueso está consolidado se puede colocar el implante dental.
- Los autoinjertos son extractos de hueso que se toman del propio paciente para colocarlos en la boca.
- Los injertos sintéticos son extractos artificiales, que simulan los minerales del hueso con gran éxito para colocarlos en el maxilar.
- Los injertos xenogénicos son aquellos extractos que provienen del hueso bovino o equino, similar al humano y que el maxilar reconoce y acepta sin dificultades.
2. Tratamiento de plasma rico en plaquetas
Otro tratamiento que se utiliza de manera individual o complementaria al de otras técnicas para la falta de hueso maxilar es la administración de plasma rico en factores de crecimiento.
Este plasma se obtiene de la extracción de sangre del mismo paciente. La sangre se caracteriza por presentar una alta concentración de plaquetas que contribuyen al crecimiento.
De esta manera, se inyecta la sangre a las cavidades alveolares del maxilar y se administra una dosis mayor de plaquetas de las que circulan habitualmente, estimulando el crecimiento del hueso.
3. Utilización de implantes dentales cortos
En el mercado hay implantes cortos indicados para aquellos casos donde la cantidad y calidad de hueso es limitada. Estos implantes dan exelentes resultados si su uso es correcto. Esta técnica simplifica el procedimiento y facilita la colocación de implantes. Ademas se reducen los tiempos de cicatrización.
4. Aprovechamiento máximo del hueso disponible
Existen técnicas que nos permiten colocar implantes en zonas anatómicas distantes o de acceso complejo. Esta técnica si es realizada correctamente permite colocar implantes dentales sin necesidad de regenerar el hueso.
En este caso se observa una pérdida ósea importante. En determinados sectores habia solo 1 milímetro de hueso, con lo que no era suficiente para colocar implantes dentales.
En esos espacios se colocó un sustituto óseo y al cabo de 6 meses se formó 1 centimetro de hueso, lo suficiente para colocar los implantes.
En esos espacios se colocó un sustituto óseo y al cabo de 6 meses se formó 1 centimetro de hueso, lo suficiente para colocar los implantes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)