No es difícil encontrar infinidad de soportes para colocar el cepillo dental en el baño después de su uso. Encontramos vasos para colocar los cepillos, jaboneras con orificios para el cepillo, membranas de succión para pegarlos en la pared, etcétera. Nos han enseñado que el cepillo dental va en el baño.
¿Pero realmente te has puesto a pensar en qué consisten los malos olores que encontramos en el baño? Fermentos, vapores, bacterias y virus que salen de la orina y heces flotando por todo el baño, buscan lugares húmedos para ser cultivados.
Estudios recientes han demostrado que la presencia de bacterias en las cerdas del cepillo dental, tales como:
- Serratia.
- Escherichia Coli.
- Giardia.
- Salmonelosis.
Pueden ser causantes de distintas enfermedades estomacales o intestinales.
También se ha advertido de la posibilidad de contagios virales mediante el descuido del cepillo dental. Este artilugio de higiene personal debe ser tratado como todo aquello que nos llevamos a la boca: no sería muy higiénico ingerir alimentos dentro del baño, ¿verdad?
7 de cada 10 personas dejan su cepillo en el baño, pero, en realidad, el cepillo dental debe ser bien lavado y enjuagado después de su uso, secado y almacenado en un lugar fuera del baño o cubierto con un estuche adecuado para cerdas. Debe estar lejos de otros cepillos o toallas, rastrillos o rasuradoras. Higiene ante todo.