martes, 8 de noviembre de 2011

"No disfruto del sexo"

Nunca he disfrutado del sexo con mi pareja; al principio pensaba que poco a poco nos iríamos compenetrando pero es todo lo contrario, él no sabe satisfacerme y yo no sé cómo decírselo.




El sexo en pareja es cosa de dos y lo más importante para disfrutarlo es conseguir una comunicación clara y sin tabúes de lo que a cada uno gusta o disgusta. Si no vences esas barreras, el tiempo, en lugar de darte soluciones, enfriará cada vez más tu deseo y tus expectativas, la insatisfacción acabará extendiéndose a otros aspectos de la relación y podrías ver cómo se desmorona por no atreverte a expresar tus deseos sinceramente.

La mayoría de las veces el problema no es tanto la falta de confianza o sinceridad como el miedo a herir los sentimientos del otro, la inseguridad de si tus propios deseos son o le parecerán inapropiados y la dificultad para encontrar las palabras y el momento para tratar el asunto. A la hora de hablar con él ten en cuenta los siguientes puntos:


Habla sin abrir heridas. Cuando algo falla en una relación, sea el sexo o cualquier otra cosa, lo importante es tratarlo en positivo, evitar los reproches, no mezclar otros asuntos y no buscar culpables. Si le dices “yo podría disfrutar más”, es una buena manera de despertar su interés. Si le dices “tú nunca has sabido lo que me gusta”, se sentirá agredido.


Habla sin miedo ni reservas. Recuerda que no estás ante un desconocido, sino con tu pareja, y entre los dos hay amor, complicidad y comprensión. No te andes con rodeos e insinuaciones que no le aclaren nada, habla con naturalidad de ti, de tus sensaciones, tus fantasías y tu cuerpo, probablemente descubras que a él le habría gustado preguntarte algunas de esas cosas y tampoco se ha atrevido.


Habla en el momento adecuado. El momento deberías crearlo tú en lugar de esperar a que se presente. Un fin de semana tranquilo o una cena íntima puede ser el preámbulo perfecto para charlar y dar los primeros pasos. No mezcles nunca este tema en otra conversación ni lo saques cuando se pueda ver contaminado por otros problemas que debáis solucionar.


Hablando de sexo nunca se debe olvidar que es tan importante lo que le gusta a cada cual como lo que a cualquiera de los dos le resulta incómodo. No te sientas obligada ni trates de obligar. En las relaciones íntimas todo o “casi todo” puede ser admisible, pero siempre que ambos estéis de acuerdo. Si tú o tu pareja tienen límites de cualquier índole (moral, religioso, personal…), deben respetarlos. Seguro que habrá otras alternativas por descubrir, todo menos forzar la situación.

Clinica dentisimplant