Las apneas del sueño existen en los niños y pueden estar
relacionadas con problemas nasales pero también con la morfología del paladar.
Un niño al que le cuesta levantarse, que tiene pesadillas o que ronca puede
tener un problema de ortodoncia. Un repaso por una anomalía cuya corrección,
relativamente rápida y sencilla, puede dar enormes resultados.
El médico francés Jean-Baptiste Kerbrat asegura que “los ronquidos intensos
con fases de paro respiratorio provocan una reducción de la oxigenación
sanguínea, caracterizadas por una respiración por la boca”.
Un niño que presenta apneas del sueño duerme mal, ronca, se agita, tiene
pesadillas, suda y se babea. En el coche, es habitual que se quede dormido con
la cabeza hacia atrás y la boca abierta.
Como resultado de todo esto, el sueño del niño no será reparador, es decir,
será poco profundo. Le costará levantarse por la mañana y después estará
hiperactivo, desagradable y comenzará a tener problemas escolares si las apneas
no se resuelven.
Si los padres o el médico detectan el problema, un examen podrá confirmar el
diagnóstico antes de adoptar las medidas terapéuticas necesarias.
¿Cómo se confirma el diagnóstico?
El diagnóstico puede realizarse mediante una grabación nocturna con varios
sensores llamada polisomnografía, prueba que debe practicarse en centros
especializados conocidos a veces como “unidades de sueño”.
Kerbrat menciona no obstante que es posible realizar la prueba a través de
otro sistema denominado poligrafía respiratoria, que sólo comporta cinco
sensores y que puede realizarse en casa y sin asistencia médica.
El paladar estrecho es una causa desconocida de la apnea del sueño
La obstrucción nasal crónica (rinitis alérgica, catarro, rinofaringitis
repetidas, desviación del tabique nasal, etc.) es la causa más evidente de las
apneas del sueño y debe por tanto corregirse mediante un tratamiento
adaptado.
Otro factor que favorece la aparición de las apneas es la estrechez del
paladar: cuando éste es el caso, el niño tiene la boca entreabierta y la lengua
le cae hacia atrás, bloqueando el paso del aire.
Ahora bien, el paladar comienza en las fosas nasales, de modo que si los
orificios se reducen por la estrechez del paladar al aire le será difícil pasar.
El niño respirará entonces por la boca, lo que le expondrá a problemas del sueño
con eventuales apneas, presentes en un tercio de los casos.
¿Cómo corregir el paladar estrecho?
Una vez que se haya diagnosticado el problema, es posible corregir
mecánicamente la estrechez, al menos en los niños. Para eso, la ortodoncista
pondrá en los molares sendos anillos unidos por un hierro que ira poco a poco
separando las dos mitades del paladar.
Los orificios nasales comenzarán entonces a liberarse. El especialista
recomendará simultáneamente ejercicios de reeducación con el fin de que el niño
se acostumbre a respirar por la nariz. La reeducación debe comenzarse enseguida
ya que si no, el niño continuará respirando por la boca lo cual hará que se
ensanchen las mucosas y que se bloqueen las vías respiratorias.
Según Kerbrat, el tratamiento, que no es eficaz en un 100 por cien, permite
igualmente corregir los problemas respiratorios que alteran la vida de los
niños.
Sin embargo, si las dos mitades del paladar está completamente soldadas en la
pubertad, entonces habrá que intervenir quirúrgicamente para corregir la
estrechez.
Por eso resulta capital diagnosticar el problema en forma precoz, para poder
tratarlo de manera poco dolorosa y rápida (la ortodoncia da resultados en apenas
unas semanas) y con el fin de “evitar que el niño pierda su oportunidad” de
solventar el impacto que sobre su vida cotidiana tienen los problemas del
sueño.
De modo que si, como padres, sospecháis que vuestro hijo sufre de apneas del
sueño, no dudéis en consultar con un médico.