Si están bien hechas, y si no se elige un blanco irreal, pueden ser muy útiles para solucionar problemas de dientes fracturados, manchados, desalineados, desgastados, desiguales o con una separación anormal.
Pero la realidad es que con esta fiebre por tener una dentadura ultrablanca lo que se ve por ahí es una apariencia bien poco natural, y se hacen más por estética que por reparar daños.
En sitio web se explica perfectamente cómo se colocan: "El dentista remueve una pequeña cantidad de la superficie del diente para permitir la colocación de las láminas. Enseguida, saca la impresión de los dientes y la envía a un laboratorio de prótesis. La carilla se hace de modo que entre perfectamente en el diente y en la boca. La carilla se pega al diente con cemento resinoso."
"La diferencia con las fundas o coronas dentales es que en este caso se trata de una especie de capuchón que envuelve todo el diente. Para llevar a cabo la implantación de estas fundas es necesario limar toda la pieza dental para rebajar el grosor de la misma y poder colocar así la corona sin agrandamiento visible." Pero claro, esto de "limar toda la pieza dental para rebajar el grosor" implica que se haga polvo el esmalte dental.
Se pueden hacer en dos materiales: resina (composite) o porcelana. El tema, además del color, es que muchas veces la superposición de la carilla sobre el diente deja una dentadura demasiado grande para la boca en cuestión. Y, ¡uf, se ve horrible!
Entiendo que estas deformaciones en el resultado pueden depender de dos factores básicos: 1- Los usuarios no dieron con un buen odontólogo. 2- Tienen expectativas que no condicen con la realidad.
En cuanto al precio, es muy variable. Las de porcelana son más caras y de mejor rendimiento que las de resina, que se deterioran rápido. http://www.dentisimplant.com/