El verano es el momento para disfrutar del aire libre. Sin
embargo, muchos deportes populares de verano, como la natación o el softball,
pueden representar un peligro para los dientes. Aquí encontrará varias
actividades de la temporada que podrían causar lesiones dentales y maneras para
mantener su sonrisa protegida:
Natación
Los nadadores frecuentes pueden correr el riesgo de
desarrollar manchas marrones oscuras o amarillentas en los dientes.
Aquellos que nadan más de seis horas por semana exponen los
dientes continuamente a agua tratada con productos químicos. El agua de la
piscina contiene productos químicos que hacen que tenga un pH más alto que el
de la saliva. Como consecuencia, las proteínas de la saliva se desintegran
rápidamente y forman depósitos orgánicos en los dientes. Estos depósitos
marrones y duros, denominados “sarro del nadador”, aparecen con mayor
frecuencia en los dientes frontales.
El sarro del nadador puede comúnmente eliminarse con una
limpieza dental profesional.
Buceo
El buceo, un deporte que practican muchísimas personas, puede causar dolores en la articulación de la
mandíbula, problemas en el tejido de las encías u odontalgia (dolor en el
centro del diente).
Todos estos síntomas dan como resultado lo que se denomina
"síndrome del buceador" (o barodontalgia), un cuadro causado por el
cambio de presión de aire que ocurre al bucear y cuando los buceadores muerden
con mucha fuerza sus reguladores de aire. La odontalgia se produce por el
cambio de presión del aire, particularmente si el buzo tiene caries grandes,
empastes temporales, enfermedades en las encías, abscesos periodontales o
tratamientos de endodoncia incompletos.
La mejor manera de evitar estos problemas es visitar al
dentista antes de bucear y asegurarse de que su salud oral sea la mejor.
Consulte a su dentista sobre cómo colocarse la boquilla del regulador de aire.
A veces, quienes tienen dentaduras postizas pueden tragárselas sin darse cuenta
al bucear. Por eso, si tiene una dentadura postiza debe consultar con el
dentista antes de bucear para prevenir posibles problemas.
Deportes de contacto (fútbol, softball, baloncesto, etc.)
Los
jugadores de fútbol tienen más posibilidades que los jugadores de fútbol
americano de sufrir una lesión dental y estas estadísticas no incluyen a
aquellas personas que juegan juegos de atrape con amigos.
El fútbol es un deporte en el que el uso de protectores
bucales y faciales no es obligatorio, lo que aumenta la probabilidad de que se
produzcan lesiones en la zona de la boca y el rostro. Otros deportes que
presentan riesgos similares son el softball, el baloncesto y los juegos de
atrape del fútbol americano tocado. Además de causar lesiones durante el contacto,
estos deportes también pueden ser costosos para personas que tienen trabajos
dentales importantes, especialmente para aquellos que usan correctores
dentales.
Al participar en estos deportes, el protector bucal es su
mejor aliado. Se calcula que los protectores bucales previenen más de
200,000 lesiones cada año. El uso del protector bucal puede evitar que se dañen
los correctores dentales u otros trabajos de ortodoncia, así como prevenir
cortes en la boca, lesiones en la mandíbula y daños en los dientes.
Existen varios tipos de protectores bucales. Consulte con su
dentista para saber cuál es el mejor para usted.
Protectores bucales prefabricados: la opción menos costosa
es un elemento “listo para usar” que puede adquirirse en una farmacia o tienda
de productos deportivos. Este tipo de protector bucal ofrece la menor
protección debido a que el ajuste es limitado. Si bien es mejor que no usar
nada, un protector bucal prefabricado no se considera un dispositivo de
protección facial aceptable.
Protectores adaptables a la boca: estos protectores son
moldes con revestimiento o moldes para “hervir y morder” y se adquieren en las
tiendas de productos deportivos. El molde está revestido de acrílico o goma.
Cuando se lo coloca en la boca del atleta, el material de revestimiento del
protector se amolda a los dientes y se fija.
Protectores bucales hechos a la medida: la mejor opción es
un protector bucal hecho a la medida por su dentista. También es la opción más
costosa (y quizás no esté cubierta por su plan dental; consulte el folleto de
Evidencia de cobertura) pero un protector hecho a medida ofrece el mejor nivel
de protección, adaptación y comodidad ya que está hecho a partir de un molde
para adaptarse a sus dientes.