La sensibilidad dental es un problema que afecta a una
parte muy amplia de la población, y además de manera crónica, durante algún
momento de nuestra vida.
Cuando decimos que tenemos los dientes sensibles nos
referimos a que sentimos punzadas de dolor o molestias en determinadas
ocasiones como cuando disfrutamos de un helado o una bebida fría, de una comida
caliente o incluso cuando estamos saboreando algo dulce.
¿Qué causa la sensibilidad de los dientes?
Pero, ¿por qué la sufrimos? La razón principal es la
exposición de la dentina, que en circunstancias normales se encuentra cubierta
por el esmalte, y está compuesta por unos pequeños conductos llamados túbulos
que contienen ramas nerviosas procedentes de la pulpa. Cuando la dentina está
expuesta, la temperatura fría o caliente afecta en mayor proporción el nervio,
produciendo la molestia.
Otro tipo de sensibilidad dental es la sensibilidad
dental, que afectaría ya no a la dentina, sino a la parte interna y blanda del
diente donde se encuentran los nervios. Esta es más dolorosa y su tratamiento
no es tan sencillo como en el caso anterior, sin embargo, no es nada que no se
pueda remediar. También es posible que los trastornos de mordedura como el
bruxismo afecten a los nervios, provocando cierta molestia y sensibilidad
dental.
El deterioro dental puede afectar a uno o varios dientes
y entre sus causas destacan:
El cepillarse los dientes demasiado fuerte, lo que desgasta
la capa de esmalte.
Una mala higiene bucal, permitiendo la acumulación de
sarro en la encías.
El desgaste del diente debido a la edad.
Las caries sin tratar.
Un antiguo relleno con alguna fisura o grieta.
El retroceso de las encías, que dejan al descubierto las
raíces dentales.
Un blanqueamiento dental realizado en pacientes cuyas
raíces dentales ya están expuestas.
La ingestión de alimentos y bebidas ácidas.
¿Cuándo debemos tratarla?
Pero la pregunta que nos puede asaltar es, si la
sensibilidad dental es tan habitual, ¿cuándo debemos considerar que es un
problema grave? ¿Cuándo tenemos que acudir a un especialista?
La sensibilidad dental moderada o la que aparece una vez
y remite no debe preocuparnos, sin embargo, si se prolonga durante más de unas
pocas semanas debe ser tratada. Debemos programar limpiezas y saber cada cuánto
tiempo debemos hacerlas, además de conocer las causas de la sensibilidad y
poner nuestro caso en manos del dentista. La mayoría de los casos de
sensibilidad en los dientes son fáciles de tratar, por lo tanto, lo más sensato
es acudir al especialista ante cualquier duda.
Consejos para prevenir la sensibilidad dental
En lo que se refiere a la prevención, podemos dar algunos
consejos para reducir las posibilidades de padecerla.
Es muy importante tener una higiene dental adecuada,
cepillándonos los dientes a diario y usando hilo dental, usando un cepillo
suave y con movimientos delicados de arriba abajo. Es también recomendable el
uso de dentífricos con flúor y de enjuagues bucales, o incluso alguna pasta
especializada para sensibilidad dental. Otro aspecto importante es el
tratamiento del bruxismo (rechinar de dientes), que también puede afectar a la
sensibilidad.
Este problema de la sensibilidad dental es bastante
tratable, sea cual sea la causa. Nuestro dentista o higienista dental puede
realizar una limpieza sobre nuestros dientes, llegando incluso a usar anestesia
local si nuestros dientes son especialmente sensibles a este tipo de tratamientos.
Tratamientos más habituales para los dientes sensibles
Después de una limpieza, nuestro especialista puede
aplicar un barniz de flúor para proteger los dientes, especialmente los
afectados por esta dolencia, lo que reduce temporalmente la sensibilidad y
además fortalece los dientes.
Otro método para paliar la sensibilidad son los
tratamientos específicos de la sensibilidad, que consisten en bloquear los
túbulos expuestos, reduciendo así la posibilidad de molestia. Y dentro de las
técnicas más avanzadas, nuestro dentista puede usar el láser para alterar
dichos túbulos y reducir el dolor.
Si tenemos alguna duda sobre los enjuagues bucales que
debemos utilizar, debemos consultar con nuestro dentista, ya que algunos de
ellos son ácidos y podrían empeorar el problema inicial.
Si por el contrario, la sensibilidad que sufrimos es
pulpar, es decir, porque la pulpa esté de alguna manera afectada, deberá ser
eliminada mediante un tratamiento de conducto, especialmente si el nervio está
dañado o muerto. El nervio será eliminado y nos colocarán una sustancia no
reactiva en el lugar donde se encontraba en nervio y el diente tendrá que ser
restaurado con una corona.
En resumen, la sensibilidad dental es una dolencia fácil
de prevenir y de tratar, y aunque afecta a un gran número de personas, no
supone un gran problema de salud bucodental.