El otro día leí un tuit gracioso que decía: "El alcohol es el photoshop de la noche" Y no sólo tenía gracia porque fuera una frase extraordinariamente precisa y carente de florituras, sobre todo resultaba divertida porque rezuma verdad por todos sus costados.
Lo dice la Universidad de Roehampton (Reino Unido), la cual ha publicado un estudio en la revista científica Addiction que arroja que basta una pequeña cantidad de alcohol para que dejemos de advertir las asimetrías faciales de las criaturas de la noche. Criaturas a las que no tocarías con un palo a la hora del café pero que experimentan una positiva metamorfosis según avanza el día. Pues bien, amigo, esto no se debe a la oscuridad ni al maquillaje. El cambio está en ti. Y está bien que así sea. Eso hace que la humanidad se divierta y procree, así que no te hagas el puritano poniendo barreras al campo y diciendo que quieres ligar por tus medios. Seguramente no seas tan guapo como George Clooney ni tan interesante como Stephen Hawking. Aprende el truqui y adelante. Esto lo saben algunos de nuestros Hombres GQ de la Semana, quienes lo confiesan como una de sus técnicas de seducción predilecta. Hablo de Raúl Cimas, Joaquín Reyes o Javier Cansado (y, como reza el refrán, “sólo los niños, los borrachos y los cómicos dicen la verdad”).
La razón de que la simetría, real o conseguida a base de estímulos, sea atractiva -apunta Roehampton-, es que denota buena genética, y la buena genética promete descendencia premium. Y es por ello que las simétricas rubias son mercancía asediada por doble idéntico motivo.
Ahora, algunos detalles adicionales que extraemos del estudio (más otros que nos sabíamos de antes) y que pueden serviros de enseñanza práctica a la hora de encamaros, que es de lo que trata la vida:
1. Las mujeres tardan menos en encontrarnos la simetría, con lo que, además de ser suaves y oler bien, no requieren demasiado gasto, concretamente dos copas (lo dice el estudio). No es como pagar fantas. Pagando fantas, aunque sean muchas, te ven como eres SIEMPRE.
2. El efecto de la simetría cumple una de sus máximas masculinas con Paul Newman. Tanto su lado izquierdo como el derecho son casi idénticos. Pero recordad: NO SOIS PAUL NEWMAN, así que, que beban.
3. No tan armónica resulta Cindy Crawford. Si no, recordad el lunar que emborrona su zona supralabial izquierda. No obstante, aconsejamos que si os cruzáis con Cindy no seáis muy exigentes en ese punto. Recordad: NO SOIS PAUL NEWMAN.
4. Si veis que después de la segunda copa no cae, pero aún así sigue hablando con vosotros, puede que sea porque su masa corporal sea mayor de la de una mujer normal y por ello su torrente sanguineo tarde más en corromperse. En ese caso, bebe tú.
5. GQ recomienda el uso responsable del alcohol, chicles sin azúcar y las Panteras Rosas de Bimbo frente a cualquier otro bollo de talante industrial.
*Y por favor, no se tome esto como un ataque a las carencias físicas de nadie. Si el efecto que produce el alcohol sobre el organismo se denomina Gafas de cerveza, no es para tomarse muy en serio nada de esto. Además, el aspecto del redactor de esta pieza es más o menos éste.