lunes, 29 de octubre de 2012

10 mitos sobre los dientes torcidos de los niños

La ortodoncia corrige la posición incorrecta de los dientes

Corregir la posición correcta de los dientes mediante ortodoncia es la solución práctica para eliminar estos problemas de salud. Sin embargo, existen muchos mitos en torno a los trastornos dentales de los niños. Éstas son algunas de las dudas más frecuentes que se plantean los padres:

Los malos hábitos pueden descolocar los dientes

Dientes torcidos, ortodoncia infantil

VERDADERO Aunque existen factores hereditarios que pueden influir en la aparición de estas anomalías, alrededor de la mitad de ellas se debe a malos hábitos que mantienen los menores, como la succión digital. Chuparse el dedo, usar chupetes durante más tiempo del necesario o seguir tomando el biberón después de los tres años puede descolocar los dientes y afectar al paladar del niño.

La pérdida de un diente de leche ocasiona maloclusión en la dentición permanente

VERDADERO Los dientes de leche influyen en el tipo de mordida y masticación, ya que mantienen el espacio necesario para la óptima colocación de las piezas definitivas y permite que los huesos maxilares y sus músculos se desarrollen correctamente. Si se pierde prematuramente algún diente de leche, es necesario acudir al odontólogo para prevenir complicaciones en la posición de la dentadura permanente.

Los dientes apiñados o torcidos solo son un problema estético

FALSO Los niños con problemas de alineación dental tienen mayor riesgo de desarrollar caries e infecciones en las encías, puesto que son más de difíciles de limpiar, por lo que se acumula más placa bacteriana. Si el niño presenta una posición incorrecta de los dientes frontales superiores, esto puede contribuir a desarrollar problemas de fonación.

Los dientes torcidos pueden causar dolores de cabeza

VERDADERO Unos dientes torcidos, apiñados o mal alineados pueden provocar severos problemas en el niño a la hora de hablar, comercomer o incluso dolores de cabeza. Esta maloclusión da lugar a una sobrecarga en las articulaciones de las mandíbulas, que provoca desde desgaste sobre las piezas dentales hasta dolores de cabeza en el menor. Además, ciertos tipos de maloclusión favorecen la respiración a través de la boca, dificultando la aspiración nasal del aire por el tracto respiratorio. También puede entorpecer la función masticadora de los alimentos y originar problemas digestivos.

Se debe acudir al dentista solo cuando el niño tenga dolor

FALSO Es conveniente llevar al niño al especialista a partir de los 3 años, ya que a esta edad se puede intervenir en los malos hábitos que tenga el pequeño, así como evaluar el estado de las piezas y maxilar para prevenir posibles complicaciones bucodentales.

Las revisiones periódicas se deben realizar a partir de los 7 años

VERDADERO A partir de los 7 años es cuando erupciona el grupo de incisivos superiores e inferiores definitivos. Además, a esta edad el crecimiento óseo es importante y debe vigilarse. Si hay algún problema, en este momento puede corregirse de forma precoz.

La ortodoncia sólo se puede poner cuando han salido todos los dientes

FALSO Se recomienda realizar un primer estudio de ortodoncia a partir de los 7 añospara diagnosticar anomalías y corregirlas de forma precoz. La ortodoncia removible es el tratamiento estándar para la corrección de los movimientos dentales limitados, que utiliza el crecimiento natural del maxilar para guiar los dientes y las estructuras óseas a la posición correcta. Además, a partir de esta edad, los niños son conscientes de su utilidad y colaboran a la hora de no quitárselo, así como en la limpieza y mantenimiento del aparato.

El tratamiento con brackets fijos se debe retrasar hasta que se cambien todos los dientes temporales

VERDADERO El tratamiento con aparatos fijos se debe iniciar cuando el niño tenga todas las piezas definitivas. Por este motivo, no se puede dar una edad precisa o estándar, ya que el desarrollo de cada niño es diferente al igual que es diferente el momento en el que finaliza la erupción dental. Esto se debe a que la ortodoncia fija corrige la posición de cada uno de los dientes para conseguir una oclusión perfecta.

Los tratamientos estéticos de ortodoncia no existen para los niños

FALSO Uno de los principales inconvenientes de la ortodoncia es que el niño sienta vergüenza o afecte a su autoestima, principalmente cuando está en el colegio. Los nuevos tratamientos estéticos consiguen los mismos resultados que la ortodoncia tradicional. Además, los más pequeños pueden optar por la ortodoncia de colores para hacer que los bracketsse conviertan en algo divertido.

Extremar la higiene es más importante cuando se utiliza ortodoncia

VERDADERO Es habitual que se acumulen restos de comida entre los brackets, por lo que se debe mantener una correcta higiene para prevenir la aparición de manchas y de caries. No obstante, muchos niños no saben cepillarse de manera adecuada y suelen dañar las encías y rayar el esmalte cuando utilizan el cepillo dental. Por eso, es necesario que utilicen un cepillo con filamentos suaves y puntas redondeadas para llegar a todas las zona sin que puedan dañar el esmalte ni el tejido oral.

Los dientes de los niños: ¡Un cepillado perfecto!

"Mamá, adivina: ¿Qué es lo que le regalan dos veces a las personas y la tercera tienen que comprarlos?" "No sé", le respondí y pensé que a la altura de sus 10 años ya eran muchas sus adivinanzas que me dejaban sin respuesta. "Ja, ja,... ¡Los dientes! Primero te los regalan de leche, luego de hueso y después..., compras los postizos", me contestó mi hija, riéndose.
"Me ganaste una vez más, lo reconozco, pero no siempre hay que llegar a perder los de hueso", y aproveché el ingenioso chiste de mi hija para explicarle, una vez más, la necesidad de cepillarse los dientes. Sucede que de este hábito depende la salud bucal, concepto que trasciende la belleza de una sonrisa para convertirse en diapasón de nuestras cuerdas vocales, y en el escenario del primero de los momentos de la digestión, la masticación.

El cepillado dental debe ser un hábito para los niños

Un cepillado perfecto, higiene dental
Además, recientes investigaciones aseguran que las mismas bacterias causantes de las caries dentales, ocasionan también ciertos tipos de infecciones cardíacas. Esto, sin hablar ya, del mal aliento que produce una muela enferma o lo insufrible de un dolor de muelas en medio de la noche.
El cepillado es un hábito que se debe conquistar con disciplina y constancia, primero de los padres y luego de los pequeños. Desde que brotan los primeros dientes en los bebés, debemos cuidarlos con esmero. No se trata de cepillarlos, por supuesto, pero sí limpiarlos delicadamente con una gasa aséptica. Luego, según van creciendo, debemos presentarle a esta trilogía que integran el jabón, el cepillo y la pasta dental -sobre todo la enriquecida con flúor, protector por excelencia de los dientes- como aliados de la belleza y la salud.
El cepillado debe realizarse después de cada comida y antes de dormir. Lo primero es enjuagar la boca, humedecer el cepillo y echarle la pasta.
Luego se cepillan las muelas, primero las superiores y luego las inferiores, desplazando el cepillo desde atrás hacia delante y desde la encía hacia fuera con movimientos que deben repetirse entre siete y diez veces en cada una de las caras exteriores e interiores de las muelas.
El mismo procedimiento debe seguirse con los dientes. Casi todos los estomatólogos consultados coinciden en que es muy importante seleccionar el cepillo de dientes adecuado, pues aunque existe una amplia variedad en el mercado, algunos más atractivos que otros, el detalle verdaderamente esencial es que sus cerdas sean rectas, abundantes y de mediana consistencia. Las blandas no arrastran toda la placa dentobacteriana y las duras podrían lastimar las encías, mucosas particularmente sensibles.
Una vez concluida esta fase, se deben cepillar las superficies masticatorias de los molares (muelas) y luego enjuagar con abundante agua potable. Si es preciso, se recomienda emplear el hilo dental para retirar los restos de alimentos que podrían quedar atrapados entre una pieza y otra.

Los dientes de los niños y bebés

Los cuidados de los dientes son importantes durante la niñez

Los dientes son estructuras de tejido mineralizado que sirven para masticar los alimentos antes de que lleguen al estómago para una adecuada digestión y tienen una importante misión en el habla y en aparato fonador. A parte de la importante función que realizan cortando, triturando y masticando los alimentos, los dientes también trabajan con la lengua y los labios para ayudar a formar sonidos y pronunciar palabras.
Su estructura, su número y su disposición varía en los niños y en los adultos. Los padres debemos cuidar desde el principio de la salud de la boca y de los dientes de nuestros hijos, y los primeros cuidados deben empezar ya en el embarazo. En la alimentación de la madre durante la gestación deben estar presentes: calcio, fósforo, proteínas y vitaminas A, C y D. Estos nutrientes ayudan a la mineralización del gérmen, que dará lugar a los dientes de lechedel bebé, después del nacimiento.

Los dientes de los niños

Los dientes de leche

La dentición primaria, también conocida como caduca o decidua, está compuesta por los dientes "de leche", que son 20 y están dispuestos en las dos arcadas, superior e inferior. Entre todos, se distinguen ocho incisivos, cuatro caninos y ocho molares. A medida que el niño va creciendo, generalmente alrededor de los 6 años, se van cayendo estos dientes y empiezan a aparecer los dientes definitivos. Por tanto, durante una época conviven en la boca del niño dientes de los dos tipos.
La dentición permanente o definitiva está formada por 32 dientes entre los que hay 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares, entre los que se encuentran los últimos 4, conocidos como muelas del juicio. La mayoría de los niños tiene todos los dientes de leche antes de cumplir 3 añosy, aproximadamente, alrededor de los 14 años a la mayoría de niños se les han caído todos los dientes de leche y tienen casi todos los dientes permanentes. Unos 6 años más tarde, aproximadamente a los 20 años, crecen cuatro muelas más en la parte posterior de la boca, completando la serie con un total de 32 piezas.

¿Cómo son los dientes?

Blancos y relucientes por fuera. Esta parte externa visible se llama corona. La corona de cada diente está recubierta de esmalte muy duro, que brinda una barrera protectora a las partes interiores del diente. Debajo del esmalte de los dientes está la dentina, que es la capa más grande del diente y es similar al hueso. Aunque no es tan resistente como el esmalte, también es muy dura porque su misión es proteger la parte más interna del diente, que se llama pulpa. En la pulpa se encuentran las terminaciones nerviosas del diente, que son las encargadas de enviar mensajes al cerebro para informar de lo que sucede. La pulpa contiene también los vasos sanguíneos del diente, que alimentan al diente y lo mantienen vivo y sano. Tanto la dentina como la pulpa llegan hasta la raíz del diente, que es una zona interna que está situada debajo de la encía y que sostiene la pieza.
Tipos de dientes

Tipos de dientes

En la boca, tenemos distintos tipos de dientes y cada uno posee una función específica.
1. Incisivos. Son los dientes del centro en la parte delantera de la boca. Hay cuatro arriba y cuatro abajo. Los incisivos tienen forma de cincel, con los extremos planos y algo afilados. Se utilizan para cortar y moler la comida.
2. Caninos. Se distinguen por ser los dientes en punta que hay a cada lado de los incisivos y se conocen también como colmillos. En la boca, hay cuatro dientes caninos en total, dos arriba y dos abajo. Gracias a su punta afilada, ayudan a cortar la comida.
3. Premolares. Están situados al lado de los caninos y en la boca hay ocho premolares en total, cuatro arriba y cuatro abajo. Su forma es distinta a la de los incisivos y caninos porque los premolares son más grandes y fuertes. En su base tienen ondulaciones para aplastar y triturar la
comida.
4. Molares. En total, hay ocho, cuatro arriba y cuatro abajo. Los molares o muelas son incluso más anchos y fuertes que los premolares y tienen más ondulaciones. Son también los más duros. Los molares trabajan con la lengua para ayudar a tragar la comida. La lengua lleva la comida masticada a la parte posterior de la boca, donde los molares la trituran hasta que está bien deshecha y lista para tragar.
5. Muelas del juicio. Salen aproximadamente a los 20 años. Actualmente, las muelas de juicio no se usan para nada y se cree que hace millones de años eran esenciales para masticar la comida.

Cuidados básicos de los dientes de los niños y bebés

Mantener una buena salud de los dientes es una tarea que debe comenzar en la infancia, desde los llamados dientes de leche, que deben estar bien cuidados, a pesar de que su duración media es de 6 años. Estos dientes permiten al niño masticar correctamente al ingerir alimentos sólidos. Si estos dientes presentan caries, los dientes permanentes heredarán la misma enfermedad que su antecesor.
Por esta razón, es importante proteger la salud dental durante la niñez. Trabajar la higiene dental como si fuera un juego es fundamental para que el niño adquiera hábitos saludables. Tanto los niños como los adultos debemos cepillarnos los dientes cada vez que comemos con pasta con flúor o lavarlos al menos dos veces al día, especialmente antes de acostarnos. La técnica de cepillado más efectiva es de arriba a abajo, en vez de lado a lado. Utiliza hilo dental para evitar que los alimentos y la placa queden atrapados entre los dientes, al menos una vez al día.
Y visita al dentista una vez al año para una limpieza bucal y un examen de caries. Los tratamientos con flúor en la clínica y el sellado de los molares ayudan a proteger los dientes de la caries. Y recuerda, el azúcar puede dañar el esmalte y la dentina dentro de los dientes y causar caries, que aunque pueden tratarse, siempre es mejor evitarlas.

martes, 16 de octubre de 2012

Estrés y adicciones


Variadas resultan las causas que pueden llevar a un sujeto a experimentar con el uso de sustancias psicoactivas y a la adicción. En la medida en que fallan los esfuerzos de afrontamiento constructivo del individuo para el manejo del estrés, la persona se puede ver impulsada a utilizar estrategias que resultan peligrosas, como el uso del tabaco (nicotina), el alcohol y otras sustancias (drogas), con lo que paradójicamente se expone a mayores tensiones.



La mayoría de los autores concuerdan en que el estrés es un fenómeno relacional que expresa, de alguna manera, las complejas relaciones que los individuos mantienen con su ambiente. Por nuestra parte consideramos que el estrés es: un estado vivencial displacentero sostenido en el tiempo, que se acompaña en mayor o menor medida de trastornos psicofisiológicos, y que aparece en un individuo producto de relaciones alteradas con su ambiente, que le impone demandas ante las cuales no tiene control o cree no tenerlo. Se señala que resultan numerosas las razones de índole personal que pueden llevar a la drogodependencia, y relaciona entre ellas las siguientes:

  1. Para mejorar la auto-imagen, algunas personas piensan que el tóxico los hace más interesantes, más desinhibidos o atractivos.
  2. Para escapar del dolor, del fracaso, de tener que tomar decisiones, para hacer que los problemas no parezcan tan grandes.
  3. Por curiosidad.
  4. Por no saber decir no a la presión del grupo.
  5. Para reducir sentimientos negativos
  6. Por desinterés espiritual.
  7. Por adoptar una actitud hedónica frente al mundo, a partir de considerar que el placer debe ser obtenido a cualquier costo.
  8. Por la inhabilidad para lidiar adecuadamente con el estés.

A pesar de que este autor hace explícita la razón de la inhabilidad para lidiar con el estrés, en la lista que nos presenta podemos observar varias razones que de una u otra manera se relacionan con estados tensionales y ansiedades que pueden ser propiciadoras de estados de estrés y a veces consecuencia del mismo (por ejemplo la 5 y la 6).
Las estrategias fallidas para el control del estrés, en muchos casos llevan a los sujetos al empleo de estrategias de afrontamiento inadecuadas y peligrosas para reducir las reacciones de tensión y ansiedad o el estrés excesivo mediante la utilización de sustancias psicoactivas, entre las que se encuentran el tabaco (nicotina) el alcohol, la marihuana y otras drogas. Estas sustancias por su carácter tóxico, constituyen estresores biológicos de gran importancia cuyo impacto sobre el individuo (físico, psicológico, individual, familiar y social), lo expone posteriormente a mayores tensiones y estrés.
Las personas con pocos recursos para lidiar con el estrés, pueden encontrar en el uso de drogas una vía para reducir la tensión y lograr un cierto “control” sobre el mismo. Los sujetos con mayor resistencia al estrés suelen poseer un conjunto de características específicas, como: apertura y tolerancia a los cambios, tendencias a comprometerse profundamente con lo que hacen, sentimiento de tener control sobre los acontecimientos de su vida, etc.
En estudios realizados por A. Muñoz cuyos resultados fueron presentados en un artículo aparecido en Internet, se refleja como los sujetos con baja tolerancia a la frustración y por lo tanto muy vulnerables al estrés, tienden al uso de distintas sustancias psicoactivas como estrategia para lidiar con sus estados anímicos negativos, sus tensiones y su distrés.
A partir de los estudios clásicos de Holmes y Rahe sobre los eventos vitales y el estrés, y su impacto en la salud y el bienestar humanos, mucho se ha profundizado sobre la rapidez y la complejidad de los cambios que se producen a nivel social que repercuten sobre los modos de interacción y el modo de vida de las personas al ocasionar grandes y negativas consecuencias sobre el psiquismo humano y la salud en general.
Precisamente en las investigaciones en las que se vinculan eventos vitales y estrés con trastornos psicológicos y otros, vuelve a resaltar nuevamente el tema de las adicciones. Así Ozámiz (1992) plantea que en los estudios realizados al efecto, las reacciones psicológicas asociadas a los eventos vitales suelen ser agrupados en las tres direcciones siguientes: el trastorno psicológico, el desorden psiquiátrico y el comportamiento psicopatológico, dando las siguientes definiciones de estos:
“El trastorno psicológico es definido como un estado general, de malestar indicado por uno mismo, por cambios psicológicos y corporales tales como problemas en el sueño, temblor en las manos, etc., y también por cambios en el estado de ánimo (decaimiento, depresión, ansiedad).
Al hablar de desorden psiquiátrico se hace referencia a una total desorganización cognitivo, emocional o de las funciones del comportamiento, indicados usualmente por diagnósticos clínicos diversos de neurosis o psicosis.
Por comportamientos psicopatológicos se hace referencia a acciones contra uno mismo u otros que pueden ser indicadores de desórdenes psiquiátricos como intentos de suicidio, impulsos violentos y adicción a las drogas y al alcohol.”
Resumiendo, el estrés puede actuar como factor predisponente para el uso y abuso de sustancias psicoactivas, buscando con ello, de manera consciente o inconsciente, modificar los estados afectivos negativos asociados al mismo, la reducción de las tensiones y la búsqueda de cierto equilibrio que a mediano o largo plazo termina en desequilibrio existencial.

Caries: nuevas y viejas previsiones ante un enemigo común


La caries es uno de los problemas de salud más comunes a escala planetaria, por falta de asistencia médica y también por malos hábitos de higiene y alimentación que contribuyen al deterioro dental de millones de personas. Frente a este impacto negativo, la Medicina Tradicional y Natural busca nuevas vías o recoge tradiciones olvidadas para aliviar un daño, que casi ningún humano ha logrado evadir.


La caries dental permanece como la afección crónica aislada más común de la infancia, al punto de ser registrada con más frecuencia que el asma. Es una enfermedad infecciosa y transmisible, adquirida por la mayoría de los niños a través de sus madres o familiares, por transmisión salival directa, ya que en la flora cariógena de esta se incluyen varios tipos de bacterias, entre ellos el Streptococcus mutans, cuya presencia en infantes se ha detectado hasta en niños menores de dos años de edad.
Según los expertos, existen cuatro soluciones para detener la acción de las caries:

  • la higiene dental,
  • la visita periódica al estomatólogo,
  • la acción de medicamentos preventivos con alto contenido de flúor, y
  • una buena alimentación.

Desde que en el niño comienzan a brotar los dientes —y aún antes— la higiene constituye una costumbre insustituible. Además, a pesar de la desafortunada reputación legada por sus iniciadores, la visita, al menos anual, al estomatólogo y el seguimiento de sus indicaciones son determinantes en el mantenimiento de una buena salud bucal.
Con respecto a la acción del flúor es conveniente saber que este actúa en un intercambio de iones calcio del esmalte con los iones flúor, en el que se forma fluorapatita, en vez de hidroxiapatita, lo que endurece el esmalte y lo hace más resistente al ataque de los ácidos resultantes de las reacciones químicas generadas por la acción de las bacterias presentes. El mecanismo de protección del flúor, actúa tanto desde dentro como desde fuera del diente. El que actúa desde dentro es el que se ingiere. Como por lo general los alimentos contienen sólo pequeñas cantidades de fluoruro, este se puede agregar por medio de tabletas, que se administran en ciertas etapas de la vida, o por medio del agua de consumo diario. Como esto no siempre es posible, toma especial interés el flúor que actúa desde afuera, por medio de dentífricos o enjuagues.

Origen de las cariesEl azúcar y los dulces han sido considerados durante mucho tiempo los principales causantes de la caries, pero realmente no son los únicos responsables. Los alimentos ricos en carbohidratos complejos son los que causan el mayor deterioro, ya que se adhieren a los dientes y los ácidos que se forman en su degradación, por la acción bacteriana, permanecen mayor tiempo en contacto con el esmalte en lugar de ser eliminados por la saliva.
Con la fruta seca, rica en azúcares simples, ocurre lo mismo que con los alimentos ricos en carbohidratos. Los jugos ácidos en exceso, como el de naranja y el de toronja, también contribuyen al deterioro dental debido a sus niveles de acidez y alto contenido en azúcares simples, sin embargo, no se evitará su ingestión por esta composición pues se perderían sus beneficios: lo realmente importante es no descuidar nuestra higiene bucal.
Entre las recomendaciones más eficaces para la prevención de la caries está la reducción del consumo total de azúcares sencillos de la alimentación diaria, evitar comer entre horas y mantener una alimentación equilibrada, que impida que se produzca un déficit de los nutrientes esenciales, especialmente durante los primeros años de vida, período en el que estos componentes participan en la composición de huesos y dientes.
Entre los grupos de mayor riesgo se incluyen los niños, las embarazadas y los mayores de 40 años. Los primeros por la adquisición de malos hábitos alimentarios; las embarazadas por los cambios hormonales producidos en su organismo que intensifican la acidez de la cavidad bucal; y los adultos por el deterioro natural, aunque una buena higiene bucal puede prolongar la salud dental sin límites definidos.

Secretos de vegetalesDurante siglos el hombre convivió con las caries como parte del equilibrio natural. Hace algo más de una década fue encontrado entre los hielos perpetuos de los Alpes suizos un caballero medieval con profundas cavidades en su dentadura, lo que confirma que los europeos no encontraron soluciones previas al problema antes del nacimiento de la Estomatología, que según cuentan, fue en sus inicios una profesión de barberos y herreros.
A diferencia de sus congéneres del Viejo Mundo, la cultura Maya tuvo mejor suerte y entre sus soluciones iniciales estuvo el empleo de sustancias de origen vegetal y animal, como las raíces de la especie denominada chacmum (Rauwolfia heterophyla Willad), las que se aplicaban contra los dientes para tratar las caries y las molestias dentales. Con el mismo fin usaban otros analgésicos dentales como las cenizas de iguana quemada viva, el hollín pulverizado envuelto en algodón en rama, el diente de una serpiente de cascabel puesto en vinagre o la hiel de ciertas ranas.
La tendencia al uso de medicamentos de origen natural incluye hoy también los terrenos de la Estomatología, con acciones preventivas y curativas surgidas de la utilización de sustancias vegetales o elaboradas por animales, como es el caso de los propóleos generados por las abejas.
Entre las plantas aplicadas en la lucha contra las caries figura la manzanilla (matricaria recutita) cuyos enjuagues contribuyen a evitar la formación de la placa dentobacteriana, al tiempo que actúan contra la acción ácida de las bacterias, que desmineraliza los dientes y les deja una antiestética pigmentación blanquecina. Por su fácil adquisición, la manzanilla es mucho más barata y se encuentra al alcance de cualquier persona: la elaboración de un colutorio a partir de ella es sencilla y también está demostrada su acción benéfica contra las inflamaciones gingivales provocadas por microorganismos que pueden afectar en el transcurso de algunos tratamientos o la prolongación de estos.
Otro recurso de orden vegetal es el aloe vera o sábila, como también se le conoce, el que además de resultar apropiado en casos de gingivitis y sangramiento de las encías, por sus propiedades antinflamatorias y cicatrizantes, también es preventivo de las caries al proteger los dientes de los elementos agresivos que desgastan el esmalte por su acción antiácida. Para su empleo, la pulpa del aloe vera se libera de su envoltura, que tiene propiedades cáusticas, y se mastica para que actúe en unión de la secreción salival. Como su sabor no resulta agradable, admite que se le añada miel de abejas, la que también posee propiedades bactericidas.
Menos popularizado, el xilytol es un sustituto del azúcar, completamente natural y seguro, que se extrae del abedul y no puede ser fermentado por las bacterias orales. Diferentes estudios han demostrado clínicamente que el chicle con xylitol masticado después de las comidas o las meriendas, reduce la incidencia de caries y la formación de placa dental, lo que no ocurre con otras gomas de mascar. A diferencia de la sacarosa, el xylitol no se fermenta, de modo que no se producen ácidos en la placa dental, cosa que ocurre normalmente después de las comidas y meriendas que incluyen azúcares fermentables. Este producto, estimula el flujo salival, neutraliza los ácidos producidos por otros carbohidratos fermentables, interfiere en el crecimiento de las bacterias orales implicadas, por tanto neutraliza la acidez y promueve la remineralización dentaria, lo que equivale a impedir el avance de la caries.
Aunque consumidos por millones de personas con fines sociales, el café y el té verde figuran entre las opciones frente a las agresiones de las caries, pero siempre que se ingieran en su forma natural y libres de la presencia de azúcar.
Algunas investigaciones han demostrado que ambos, con mayor presencia en el té verde, contienen flúor, lo que contribuye a su acción preventiva contra el deterioro de la placa dental.
En Cuba, una de las plantas con la que se han obtenido resultados favorables es la caléndula, también llamada maravilla, cuyas propiedades antinflamatorias y antisépticas han permitido establecer una vía de enfrentamiento a las caries, ya que sus flores tienen la capacidad de estimular las células de nuestro sistema inmunológico conocidas como macrófagos lo que propicia la destrucción de bacterias. La popularización en Europa de su consumo en forma de infusiones ha conseguido reducir las inflamaciones bucales, aunque, los estudios en Cuba apuntan a su empleo como colutorios. Sus primeros resultados indican un incremento de esta práctica con una mayor cantidad de pacientes por su bajo nivel de rechazo en personas alérgicas.
El estudio de los propóleos ha demostrado su acción antinflamatoria, antibacteriana y antiséptica. Estas sustancias clasifican como una de las mejores opciones de índole natural en el enfrentamiento preventivo de las caries. El propóleo resulta un medicamento eficaz como antiséptico bucal, ya que una concentración al 30%, unida con sulfofenato de zinc, se convierte en un excelente bactericida que inhibe la acción y el desarrollo de las bacterias de la cavidad bucal. También se emplea como barniz dentario en una disolución de éter-etanol al 50% y en casos de caries ya formadas impide la acción del Streptococcus mutans, una de las bacterias más agresivas en la desmineralización del esmalte.
Dentro de la aplicación de métodos tradicionales, la acupuntura constituye un factor de interés aunque estos no sean aplicados directamente en la atención preventiva de las caries. Sus resultados positivos en las odontalgías están probados, por lo que su uso se extiende a las acciones curativas que requieran analgesia, como las extracciones dentarias con una significativa reducción de los efectos colaterales que pudieran ocasionar los anestésicos locales.

Medidas siempre útilesAunque no existe una dieta contra las caries, cuyo origen proviene en buena medida del consumo de los populares carbohidratos, sí existen recomendaciones válidas para impedir el desarrollo de una agresiva flora bacteriana que destruya la placa dentaria.
Algunas pueden ser aplicadas en los primeros meses de vida, a fin de evitar posteriores complicaciones y entre ellas está el conocimiento de las potencialidades de la leche, cuya riqueza en proteínas y minerales constituye uno de los soportes alimentarios de varias culturas occidentales.
La leche humana no disminuye el pH ni apoya el crecimiento bacteriano, cuando se la considera aisladamente, pero en presencia de otros azúcares multiplica por 130 su poder cariogénico, en tanto, las fórmulas lácteas infantiles son cariogénicas, porque —todas ellas— disminuyen el pH de la placa, lo que favorece el desarrollo de las bacterias.
Varias instituciones internacionales recomiendan para evitar las caries: el amamantamiento hasta el año de vida, la introducción de alimentos sólidos a partir de los seis meses, el apartamiento del biberón y del seno materno luego del año de edad y la introducción de tazas de entrenamiento para leche y otras bebidas, al cumplir el primer año de vida.
No son recomendables que los niños se duerman con un último biberón, salvo que este contenga agua, ni el libre acceso al seno materno después de la erupción del primer diente.
Se recomienda alentar la costumbre de beber de un vaso antes del primer cumpleaños. Está demostrado que el biberón después del año de edad, contribuye a un contacto más prolongado de los dientes con los azúcares de los líquidos que contiene, lo que genera la aparición de caries.
Como parte de las más tempranas medidas de higiene bucal, antes de la erupción de los primeros dientes, se insiste en la limpieza, que puede realizarse con una gasa limpia humedecida con agua hervida; una vez brotados los dientes se comienza el entrenamiento con el cepillo dental y transcurridos seis meses de haber brotado el primero, hacerlo examinar por un especialista.
Es importante estar atentos al consumo de medicamentos en los menores, ya que si bien resulta provechosa la disminución del azúcar en los alimentos, no se puede olvidar que esta está presente en la totalidad de los fármacos pediátricos.
Para los adultos las dietas recomendadas estimulan el consumo después de las comidas de alimentos que provoquen una masticación fuerte y que reduzcan la acidez de la saliva, como quesos o maní por su efecto protector frente a la aparición de caries.
Y como indicación reiterativa, el cepillado de los dientes una vez que se termine de comer, aunque, si en un momento determinado no se dispone del cepillo adecuado, emplear como paliativo el hilo dental o un fuerte y abundante enjuague con agua.

domingo, 7 de octubre de 2012

En boca limpia... se evitan enfermedades


Lograr mantener buena salud bucal ofrece un algo encantador para la persona durante cualquier etapa de la vida. En la consecución de este empeño se conjuga desde el cuidado a la primera dentición, hasta en los años de la tercera edad, épocas en que puede ejercitarse igualmente la prevención. Lo fundamental es orientar hábitos adecuados de higiene, de alimentación y alertar sobre el tabaquismo, como factores que favorecen la aparición de alteraciones en la cavidad bucal.


Existen medidas preventivas que las madres deben tener en cuenta. Por ejemplo, aún antes de que aparezcan los primeros dientes, cada cierto tiempo se debe hacer una limpieza en la boca del niño con una gasa empapada con agua hervida; y al brotar la primera pieza dentaria, cepillarla con un cepillo pequeño.

Aunque muchas personas piensan en la pasta, lo fundamental es la acción mecánica del cepillado.

En una boca limpia las enfermedades bucales son menos frecuentes, porque es menos vulnerable a los gérmenes y bacterias.

No se puede hablar de afecciones bucales sin mencionar las caries, esa enfermedad infecciosa que ocasiona –al igual que las alteraciones en las encías- la pérdida de muchos dientes.

Después de los hábitos higiénicos, están los de la alimentación. A los niños debe dárseles alimentos ricos en fibras, con pocas papillas, para que hagan el efecto físico de limpieza de los dientes y el efecto mecánico de fricción sobre las encías.

Para la salud en general es conveniente una alimentación balanceada, de pocas grasas, y poca sal. Si el pequeño no está sano y carece de las vitaminas y los minerales necesarios, no le brotarán bien los dientes ni tendrá la boca sana, pues las avitaminosis se traducen en alteraciones bucales.

El mal hábito de fumar

Está súper demostrado que en las lesiones malignas bucales el agente biológico o factor de riesgo más importante es el hábito de fumar; entre ellas la más frecuente es la leucoplasia que evolucionan generalmente hacia formas graves. Existen algunos casos de personas que no fuman y las adquieren, son las de origen ideopático y se observan más raramente.

En un estudio cubano de 400 pacientes que presentaron lesiones preneoplásicas a los que se les ha dado seguimiento por más de 10 años, se ha constatado que los que efectivamente dejan de fumar van mejorando paulatinamente, sin tratamientos agresivos de cirugía.

Prevenir el cáncer bucal

Existen factores dentales que al disminuir pueden eliminar el riesgo de cáncer bucal, y deben ser resueltos al acudir a la consulta del estomatólogo. Entre ellos los dientes filosos, las prótesis desajustadas y las obturaciones desbordantes, que pueden producir alteraciones celulares y sensibilizar el área donde aparecen, de modo que la hacen susceptible a cualquier afección o infección. Es importante que una persona a la que se le caiga una obturación, acuda a la consulta, si la prótesis le molesta, o si se le cayó el “ganchito” y ahora le hiere la encía. Porque la boca tiene la cualidad de que al principio, cuando ocurre alguno de estos traumas crónicos, molesta mucho, pero después el organismo (en mecanismo de defensa) disminuye el dolor, pero la lesión se mantiene.

Con pequeñas y efectivas acciones en el sillón de consulta, el estomatólogo puede aliviar un borde filoso, ajustar una dentadura, hacer una obturación correcta o pulir una obturación que quedó rugosa.

El programa nacional de detección y control del cáncer bucal pretende evitar que las personas se enfermen y que los que tienen la afección sean curados. Porque aunque esta enfermedad puede producir la muerte, con un tratamiento oportuno hay una alta posibilidad de que las lesiones sanen.

Para concluir

En la prevención de las enfermedades bucales resulta clave el cepillado de los dientes, pero lo importante no es tanto las veces que se haga, sino realizarlo de manera minuciosa. Se recomiendan los hábitos higiénicos y alimenticios adecuados, erradicar el hábito de fumar, acudir a la consulta del estomatólogo al menos una vez al año, y hacerse un autoexamen bucal con un espejo para detectar cualquier lesión en la boca. Lo esencial es prevenir, mantener limpia la boca y vivir con hábitos saludables. Así, su sonrisa será encantadora y sana.



Hábitos que dañan


La salud oral es parte integral de la salud general, es por ello que adquirir buenos hábitos bucales desde las primeras etapas de la vida garantizará con seguridad una vida sana. Para prevenir los malos hábitos bucales se hace necesario conocerlos y destacar sus principales efectos. La boca como puerta de entrada al cuerpo responde al mundo exterior pero además refleja lo que ocurre en el universo interior.



Una buena calidad de vida se logra con la adquisición de buenos hábitos. La salud bucal no es una excepción en esta afirmación.

El psicólogo norteamericano Abraham Maslow especifica que los hábitos son “una reacción formada que se resiste al cambio”: Dorland en su enciclopedia médica lo define “como una práctica constante y fija establecida por la repetición frecuente”.

Cuando los hábitos bucales no son correctos se altera el normal desarrollo facial, se producen deformaciones óseas y musculares y cuando se repiten desde edades tempranas provocan un crecimiento deficiente. Es por ello que se requiere de una adecuada atención para evitar en la adolescencia y adultez problemas orgánicos y de repercusión psicológica que tienen su origen en las primeras etapas de la vida.

El cantautor Joan Manuel Serrat, describió a los más pequeños de la casa, a “esos locos bajitos” así:

“A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción; ésos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, hay que domesticar”.

Y es cierto. Para contraer buenos hábitos bucales desde el umbral de la vida, los niños requieren de la asesoría de padres y familia. Conocer las ventajas de establecer hábitos correctos es el primer paso para evitarlos. En el momento del nacimiento los bebés no tienen dientes, luego aparece su dentadura transitoria, es decir los llamados “dientes de leche” y posteriormente aflora la dentadura permanente.

La higiene en general y la bucal en particular es lo primero que se debe enseñar al niño. Ello se traduce no solo en el adecuado y sistemático cepillado de los dientes, sino en mantener hábitos dietéticos saludables.

Sin embargo, existen otras costumbres que inciden de forma negativa o pueden provocan efectos negativos para la salud del infante.

¿Cuáles son esos hábitos deformantes?

•Succión digital

El hábito de succión en los niños pequeños se debe a un reflejo natural que ya estaba presente en el bebé cuando se encontraba en el útero materno. Se trata de algo completamente normal, e incluso sano. Está relacionado con la capacidad de supervivencia, pues le permite alimentarse y crecer, pero además le ofrece seguridad, placer y sensación reconfortante. También tiene la función de que el niño entre en contacto con su nuevo entorno y aprenda del mundo que le rodea.

Es fisiológico que tanto los niños recién nacidos como los de meses se chupen el dedo, incluso existen casos de niños en edad escolar que hacen uso de este mal hábito, aunque se considera normal hasta los dos años y medio de edad e incluso puede admitirse hasta los 4. Existen dos tipos diferentes de succionadores de dedo, el “pasivo” que tiende a llevar el dedo a la boca y solo tenerlo allí y el “activo” que ejerce una presión vigorosa contra los dientes. Estos últimos pueden sufrir más alteraciones dentales y de la mandíbula.

Eliminar la succión digital en las primeras etapas evita deformaciones en la mordida (abierta o cruzada) y faciales. Después de los 4 años de edad puede generar cambios en la tonicidad muscular de los labios, retardar su maduración, dificultar la deglución normal e incluso la respiración.

Otros problemas asociados son la formación de callos en el pulgar, eccema irritativo, uñeros y deformación del dedo, además de trastornos en el lenguaje y en el desarrollo físico y emocional del niño, con deterioro de su autoestima.

Si el hábito de succión del pulgar se extiende hasta los 6 años deberá consultarse con el especialista para su adecuada intervención. La psicología considera que la persistencia del hábito de succión digital puede deberse a una respuesta para afrontar el estrés, aunque especialistas consideran que solo es una respuesta de adaptación y no un desequilibrio psicológico.

En muchos casos este mal hábito tiene su origen en problemas afectivos en el entorno familiar o inmadurez del niño, cambios abruptos en la familia sin una correcta preparación como la llegada de un hermanito, ingreso del niño a la escuela, entre otros. Es por ello que el primer paso para separar al infante de ese mal hábito es la consulta especializada para dar solución al posible conflicto y buscar la mejor vía de eliminación.

•Respiración bucal

La respiración vía nasal es una función vital que permite que el aire entre caliente al organismo, se mantenga humedecida la mucosa y se retengan las impurezas, lo que impide o dificulta el riesgo de infecciones.

Como bien lo dice su nombre, la respiración bucal, es la que el individuo realiza a través de la boca, en lugar de hacerlo por las fosas nasales.

Las causas que pueden originarla pueden dividirse en obstructivas o funcionales. La hipertrofia de adenoides, las rinitis alérgicas, las desviaciones del tabique nasal, la hipertrofia de los cornetes, los pólipos e incluso los procesos tumorales pueden ser ejemplos de las obstructivas. Las funcionales se producen por la persistencia de la respiración bucal y aunque sea corregida la causa se continúa con el mal hábito.

La respiración bucal puede producir alteraciones de la mordida (abierta, profunda y cruzada), paladar profundo y estrecho y gingivitis crónica. Otras alteraciones que pueden provocar son trastornos en la audición, pues al mantener la boca abierta, la onda sonora se hace débil; también anorexia falsa, pues se come sin apetito por la dificultad de coordinar la respiración con la masticación al momento de tragar, y además, trastornos del sueño caracterizados por mal dormir, agitación y ronquido.

La respiración bucal puede producir afectaciones en el timbre de la voz, en la memoria, en la capacidad de fijar atención y producir cansancio crónico.

Los estudios relacionados con la respiración bucal describen que aproximadamente 25 % de la población infantil presenta respiración bucal, y más del 50 % de ellos se deben a malos hábitos. Dentro de las causas, la rinitis alérgica (inflamación de la mucosa nasal) es una de las más frecuentes.

Un elemento importante para la prevención de la respiración bucal es vigilar cualquier proceso alérgico en el niño o alteración de sus mucosas. Además, la limpieza de la nariz debe ser sistemática para mantener su limpieza.

El conocimiento de los efectos perjudiciales de este tipo de respiración y la observación por los padres de cualquier tipo de señal que pueda indicar el establecimiento de patrones de respiración bucal en el niño es una de las vías para prevenir este mal hábito y sus consecuencias.

•Deglución infantil

La deglución es la acción automática que permite el tránsito del bolo alimenticio o la saliva desde la cavidad bucal al estómago. Se trata de una secuencia de contracciones musculares que se apoyan en el patrón primario de succión.

Se divide en dos etapas, la fase oral, en la que se detiene la respiración, se cierran los labios, se relaja la musculatura y se ponen en contacto los dientes superiores e inferiores hasta que la lengua impulsa el bolo hacia la faringe. La segunda fase impulsa el bolo hacia el esófago. Esta es la deglución típica del adulto. La infantil es la que existe en el nacimiento y se logra con la separación de los maxilares y con el intercambio entre la lengua y los labios que es el mecanismo que se utiliza para lograr el tránsito de los alimentos.

La aparición de los dientes, la maduración neuromuscular y la incorporación de alimentos sólidos son los principales elementos que guían el tránsito entre deglución infantil y adulta, la que se produce de forma gradual. Ese período de transición se extiende entre los 8 y 16 meses, momento en que aparece la deglución característica del adulto.

Si persiste después de los 7 años el patrón de deglución de los primeros meses de vida, la lengua se apoyará entre los dientes incisivos, y ello origina una mordida abierta que con la continuación provocará afectaciones en la dentadura y un mal funcionamiento de los músculos relacionados con la deglución del adulto.

Es importante tener en cuenta que la deglución es un mecanismo que se repite entre 800 y 1000 veces por día, razón suficiente para justificar las consecuencias que pueden ocasionar el mantenimiento de este mal hábito.

Una de las vías mejores para evitar la deglución infantil es incorporar los alimentos sólidos según la guía de ablactación recomendada por los especialistas. Ello garantizará la incorporación de alimentos sólidos en el tiempo adecuado y con ello se promueve el tránsito hacia la deglución del adulto.

Hábitos incorrectos como la respiración bucal, el uso del chupete o tete y del biberón retardan el patrón de deglución del adulto.


Otros hábitos no recomendados

•El biberón

La tendencia natural a la succión puede variar según el niño y la edad. En el lactante es perfectamente natural y no debe ser interrumpida. Al iniciarse la erupción dental, lo ideal sería interrumpir este hábito ya que provoca deformaciones en los maxilares, dientes y pulgar.

El biberón y el tete provocan deformaciones en maxilares y en las arcadas dentarias en dependencia de la frecuencia, duración e intensidad del hábito. El efecto suele ser transitorio si se usan hasta la salida de los incisivos temporales, y en la gran mayoría de los casos si sólo se utiliza hasta los dos años.

Muchos niños pequeños satisfacen el deseo de succión con un biberón, e incluso se establece la costumbre de dormirse succionando. Esta constituye una de las causas más comunes de caries dentales más agresivas, conocidas como “caries del biberón”, si con ellas además se incorporan bebidas azucaradas. Cuando el contacto prolongado con bebidas ricas en carbohidratos es al dormir, el riesgo es mayor pues la salivación disminuye y por eso la bebida dulce queda más tiempo en la boca sin deglutir.

Las caries del biberón pueden ser extensivas en la dentición temporal, pero es importante recordar que muchos de estos dientes permanecen durante al menos 7 años y durante mucho tiempo coincidirán dientes de leche y definitivos en la boca del niño. En ello radica la importancia de evitar el uso de biberón por tiempos prolongados. Las caries del biberón pueden causar además problemas de alineación y otros efectos en la dentición definitiva.

•Morder uñas y otros objetos

La onicofagia o comerse las uñas, así como la mordedura de lápices u otros objetos son hábitos que provocan también alteraciones dentarias. Su efecto se produce por desgaste o abrasión irregular y astillamiento prematuro de los dientes. Además provocan heridas en las mucosas orales que favorecen lesiones como las aftas, infecciones con herpes, entre otras alteraciones de la mucosa oral.

El camino de la prevención de los malos hábitos bucales

Los malos hábitos bucales no solo pueden eliminarse sino prevenirse.

La alimentación del bebé con leche materna al menos durante 6 meses es una práctica que además de alejar los efectos negativos de los biberones, obliga al niño a respirar por la nariz y desarrolla una base ósea sólida para el nacimiento de los dientes temporales y permanentes. Es por ello que disminuye la necesidad de tratamiento ortodóncico y el riesgo de caries.

Es importante también evitar el uso de tetes, así como la succión digital, y además mantener una higiene adecuada en sus fosas nasales y posteriormente en la cavidad oral.

En el proceso de ablactación deben prepararse alimentos duros y fibrosos para estimular una masticación vigorosa y favorable para ejercitar músculos masticatorios y hace que la mandíbula se desarrolle de forma adecuada y el primer molar, llamada “llave de la oclusión” por su importancia en el cierre correcto de los dientes, se coloque en la posición adecuada.

Los buenos hábitos alimentarios son importantes para la salud bucal.

En el patrón de alimentación del bebé no deben faltar la leche, el yogur o el queso por constituir fuentes importantes de calcio, fundamental para la formación y estabilidad de los dientes.

Ciertos minerales como el fósforo y el flúor, y vitaminas como la D, C, A y las vitaminas del complejo B, también son esenciales para la formación y conservación de una buena dentición. Es por eso que en la dieta de los niños debe estar presente el pescado, los huevos, las frutas y vegetales.

Las meriendas de los pequeños no deben ser con golosinas, lo más oportuno serían queso o frutas. En caso de consumir confituras o alimentos ricos en azúcares debe orientarse el cepillado posterior de los dientes.

A partir del año es importante acostumbrar al bebé a tomar las bebidas en vaso, en lugar de usar biberones para estimular los movimientos de deglución adulta.

Las consultas de pediatría son otra de las vías para controlar cualquier dificultad del niño, así como tratar todos las enfermedades respiratorias para impedir los procesos inflamatorios crónicos que pueden provocar hipertrofias de adenoides y amígdalas, elementos importantes de las primeras líneas de defensa del organismo.