miércoles, 29 de febrero de 2012

Tratamientos para tener una sonrisa de cine

¿Te da corte sonreír? ¿Sientes envidia cuando ves las dentaduras blancas y perfectas de las estrellas de cine? Tener una boca sana y bonita es la mejor carta de presentación... por fin al alcance de todo el mundo. La salud dental se conserva con unos cuidados diarios y el aspecto puede solucionarse por un precio asequible en la consulta del dentista.


Tener unos dientes blancos y bien alineados puede cambiar la apariencia de cualquier rostro. Una sonrisa bonita tiene un inmenso poder de seducción. Si la genética ha sido generosa contigo y tienes una buena dentadura, lo que tienes que hacer es conservarla como el mejor de los tesoros. Si tus dientes están amarillos o tienes algún defecto que disimular, no te preocupes: hoy en día las nuevas técnicas de estética dental, la odontología, la cirugía y los productos de cuidado bucal hacen verdaderos milagros.

Algunas técnicas de estética dental
En una sonrisa bonita intervienen tanto el color de los dientes como su forma, tamaño y aspecto de las encías. Hay personas a las que al sonreír se les ve demasiada encía, o al contrario, sus dientes parecen muy largos. Otro problema es la colocación, tamaño y separación de los dientes... Para todo este tipo de problemas existen también soluciones a medida:

Cirugía para encías
Unas encías demasiado grandes o pequeñas pueden desmerecer unos dientes bonitos. Lo ideal es que estén tersas y de color sonrosado. Pero todo tiene solución: a las personas que tienen demasiada encía se les puede retirar un poco para que se vean más los dientes. Cuando la encía es demasiado pequeña se puede practicar un autoinjerto para que no se vean demasiado los dientes.

Contorneado estético
Es una técnica sencilla y barata que consiste en regularizar el borde de los dientes para conseguir el efecto óptico de que están perfectamente alienados.

Rejuvenecimiento dental
Se trata de un tratamiento integral que incluye blanqueamiento, contorneado e incluso una posible cirugía de las encías para mejorar el aspecto de las bocas amarillentas, estropeadas por el tabaco y los malos hábitos alimenticios e higiénicos. Se suele emplear en personas a partir de los cuarenta años, cuando la boca, si no se ha cuidado correctamente, comienza a envejecer.
Además de éstas, existen otras técnicas de estética y corrección dental como las ortodoncias (los famosos hierrecitos que ahora se atreven a ponerse los no tan jóvenes), las piezas dentales colocadas con tornillos, las dentaduras postizas, endodoncias... En la consulta, tu dentista te informará sobre las posibilidades que tienes para lograr la sonrisa que siempre has deseado. Actualmente existen franquicias dentales que te financian el arreglo de la boca.

Cuidados diarios para tu boca
Prevenir antes de curar. Ésta debe ser tu máxima respecto a tu boca, ya que puede ahorrarte muchos problemas en el futuro. Y quien ha padecido dolores o problemas en la boca lo sabe bien. Aquí tienes las reglas de oro para tener unos dientes sanos y bonitos. El resultado puede ser espectacular:

- cepíllate los dientes después de cada comida: siempre masajeando suavemente las encías hacia el diente. Hazlo durante tres minutos y con un cepillo no demasiado duro. Si lo usas eléctrico, cambia regularmente el extremo.

- hilo dental y cepillitos interdentales: son espectaculares para mantener tu boca impecable y eliminar loa restos de comida a los que el cepillo no puede llegar y que muchas veces son causantes del mal olor de la boca

- visita anual al dentista: es fundamental, si esperas demasiado puede que te encuentres con una boca llena de caries que no habías visito. Y, por supuesto, debes ir ante el mínimo problema o dolor. Recuerda que una infección oculta en la boca puede ser causa de otros muchos problemas de salud, sobre todo estomacales.

- limpiezas dentales: son estupendas para eliminar el sarro acumulado que le da un aspecto tan malo a los dientes. Pero no debes abusar de ellas; que sea el dentista quien te diga cuándo debes hacerlas.

- enjuagues bucales: son el complemento ideal para una buena higiene dental, además de que le dan a tu boca un sabor y un olor agradable y fresco.

- come bien: es fundamental para tener una buena salud dental. La falta de nutrientes básicos deteriora los dientes y las encías y favorece la descalcificación de los dientes, su debilitamiento y hasta caída.

- tabaco, alcohol, café, té y azúcar: son los mayores enemigos de tus dientes, causantes de su oscurecimiento y manchas. El azúcar es el mayor responsable de las temidas caries.

- en el trabajo: si comes fuera de casa lleva contigo tu set de higiene dental, no puedes pasar tantas horas sin lavarte los dientes, además de lo incómoda que puedes llegar a sentirte si tu boca no huele bien, sobre todo si fumas o bebes café.

- el estrés es un gran enemigo de tus dientes, ya que incita a apretarlos y rechinarlos, lo que los desgasta y hace que las encías se retraigan

- la producción de saliva es fundamental para que la boca esté sana. Si tomas algún medicamento que la reduzca o estás muy nerviosa, mastica chicle sin azúcar

Un consejo: no abuses de los dentríficos blanqueadores, estas pastas no blanquean los dientes sino que impiden que se oscurezcan más o salgan manchas. Pero al ser abrasivos, no deben usarse a diario. Por el contrario, el bicarbonato es un producto natural con efecto blanqueador con el que puedes cepillarte y enjuagarte la boca a diario


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Cuida tu boca y ganarás en salud



Tener enfermedades en la boca puede influir en la aparición de otras patologías. De ahí la importancia de mantener una buena higiene bucodental para poder disfrutar de una buena salud general.


La periodontitis o enfermedades periodontales son infecciones producidas por bacterias que dan lugar a una reacción inflamatoria alrededor de las encías que puede evolucionar hacia la destrucción del soporte óseo de los dientes. Junto con la caries es la causa más frecuente de pérdida de piezas dentales.
Pero la periodontitis puede tener relación con la aparición de otro tipo de problemas de salud en un individuo. Está totalmente demostrada su asociación con la diabetes; los diabéticos padecen un mayor riesgo de sufrirla. Además, con enfermedades periodontales severas se controla peor la glucemia.
Es muy posible que exista una relación directa con ciertos problemas respiratorios. Por otra parte, las madres que sufren periodontitis durante el embarazo tienen siete veces más posibilidades de dar a luz bebés prematuros con bajo peso.
También se ha comprobado el factor de riesgo que supone la periodontitis sobre las enfermedades cardiovasculares. Esto se debe básicamente a que algunas bacterias anaerobias gramnegativas como la P.gingivalis pueden acceder al torrente circulatorio provocando una obstrucción en los vasos sanguíneos que da lugar a situaciones agudas como el infarto cerebral o de miocardio.

Quienes las padecen más
Cada año se diagnostican en España 100.000 nuevos casos de enfermedades periodontales. El 65% de los adultos mayores de 50 años sufre diferentes formas de infección periodontal. El grupo de varones entre 40 y 50 años es el que presenta una relación más clara entre mala salud oral y riesgo de sufrir una afección cardiovascular.
Los elementos que favorecen estas infecciones pueden ser genéticos, como antecedentes familiares de periodontitis de inicio precoz; medioambientales, como el tabaco y el estrés; y el tipo de bacterias que cada persona tiene en su boca.

Cómo prevenir
Para evitar tener un mayor peligro de padecer otro tipo de enfermedades es muy importante mantener una correcta higiene bucal, utilizando productos antibacterianos en forma de en cremas dentales o colutorios, que controlen los gérmenes responsables.
Otra medida de prevención fundamental es seguir una alimentación adecuada y realizarse exámenes bucales periódicos para la detección precoz de cualquier problema.





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Reglas de oro para tener unos dientes sanos

Las caries y las enfermedades de las encías son responsables de la pérdida de piezas dentales y de dolores y molestias que podrían prevenirse con una buena y simple higiene dental. Además de las revisiones periódicas, hay que acudir al dentista ante el mínimo problema.

Aunque ya te laves los dientes y tengas cierto cuidado con tu boca, puedes mejorar tu higiene dental de manera espectacular adoptando unas simples costumbres. Hay unas reglas básicas que debes seguir si quieres tener unos dientes y una boca en perfectas condiciones:

Cepillado después de cada comida
La placa dental, susceptible a las manchas y en la que proliferan numerosas bacterias, es el origen de las caries y las inflamaciones de las encías. Como se renueva en unas horas, es indispensable eliminarla con un mínimo de tres cepillados diarios: lo ideal es lavarse los dientes después de cada comida.

Cada tres meses, cambia de cepillo
Un cepillo demasiado duro puede lastimarte las encías, pero uno demasiado usado no sirve para nada. Debes cambiar tu cepillo cada tres meses. Los eléctricos son muy eficaces pero también hay que cambiar regularmente el extremo.

Hazlo bien
Debes cepillarte los dientes al menos durante tres minutos, con un movimiento de rotación desde las encías a los dientes. Es bueno cepillar también las encías para que reciban un pequeño masaje que las mantenga sanas.

Utiliza hilo dental
Además del cepillo, el hilo dental permite eliminar la placa bacteriana que se queda entre los dientes. Además, es muy útil para las personas que llevan prótesis, implantes y tienen huecos a los que el cepillo no puede llegar. Para ello, también son útiles los bastoncillos dentales y los cepillitos interdentales, que permiten eliminar los restos alimenticios y masajear las encías.

Visita anual al dentista
Debes ir al dentista al menos una vez al año para que te haga una revisión. Puede detectarte a tiempo las caries o realizarte una limpieza para eliminar sarro acumulado.

Atención a los niños
Los dientes de los niños son un capital frágil y precioso. Para que tengan siempre una bonita sonrisa, libre de caries u otros problemas debes tener en cuenta:

- El riesgo de caries en los adolescentes es particularmente elevado: procura que eviten el tabaco, el azúcar y el alcohol y tengan una buena higiene dental

- Los biberones de agua azucarada, incluso la leche, pueden favorecer la aparición de placa y de caries precoces. Evita en lo posible los caramelos y chicles. A los dos o tres años, enséñale a lavarse los dientes (hay cepillos y pastas especiales para niños). Los suplementos de flúor, tanto en la madre como en el niño, son recomendable

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jueves, 16 de febrero de 2012

Lo importante de cuidar tus dientes...


Cuando te hacen una fotografía, todo el mundo te dice: "¡Di patata!” “¡Sonríe!" Y tú lo haces -abres la boca y enseñas los dientes. Cuando te enseñan la foto, ves a una persona feliz devolviéndote la mirada. Cuanto más sanos tengas los dientes, más feliz parecerás. ¿Por qué?

Es porque tus dientes son importantes por muchos motivos. Si te los cuidas, ellos te cuidarán a ti. Si tienes los dientes fuertes y sanos, podrás masticar bien los alimentos para crecer y desarrollarte adecuadamente. Los dientes también te permiten hablar con claridad. Y sí, también te ayudan a tener mejor aspecto.

¿Por qué es importante tener unos dientes sanos?

¿Por qué te interesa cuidarte los dientes? Si te cuidas los dientes, ayudarás a prevenir la formación de la placa dental, que es una capa muy fina que se pega a los dientes. Tal vez no te preocupe demasiado el hecho de tener placa dental, pero el problema es que es muy pegajosa y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.

Como las hormigas en un picnic, las bacterias se enloquecen por el azúcar que tienes en los dientes y lo descomponen en ácidos que destrozan el esmalte dental, provocando la formación de unos agujeros en los dientes denominados caries. La placa dental también provoca gingivitis, una enfermedad en la que las encías se enrojecen, inflaman y duelen. Las encías son el tejido rosa y blando que tienes en la boca y que sujeta los dientes.

Si no te cuidas los dientes, no tardarás mucho en tener caries y dolor de encías. Lo pasarás mal al comer y, desde luego, no te apetecerá mucho sonreír.

Antes de que se inventara la pasta de dientes
Tenemos una gran suerte de saber tanto sobre cómo cuidarnos los dientes. Antiguamente, cuando la gente se hacía mayor, se le iban cayendo los dientes a trozos, lo que era muy doloroso. Para librarse del dolor de dientes, se los tenían que sacar. Al final, la gente aprendió que era importante lavarse los dientes, pero todavía no se había inventado la pasta de dientes. Mientras te lavas los dientes con tu pasta de dientes con sabor a menta fresca, piensa en las cosas que utilizaba antes la gente para lavarse los dientes:

•tiza o carbón en polvo

•zumo de limón

•ceniza (ya sabes, lo que queda tras un incendio)

•una mezcla de tabaco y miel.

No fue hasta hace unos 100 años que alguien inventó una especie de crema con sabor a menta para lavarse los dientes: la pasta de dientes. El tubo de pasta de dientes no tardaría mucho en inventarse, lo que permitió a la gente poner fácilmente la pasta en el cepillo de dientes. La conducta de la lavarse los dientes se popularizó durante la segunda guerra mundial. El ejército de EE.UU. daba cepillos y pasta de dientes a los soldados, y éstos se lavaban los dientes dos veces al día. En aquel entonces, los tubos de pasta de dientes se fabricaban con metal; los de hoy son de plástico blando ¡y mucho más fáciles de manipular!

Hoy en día hay muchas pastas de dientes entre las que elegir, con multitud de colores y sabores, y hay marcas especialmente fabricadas para niños. Las personas que tienen los dientes bonitos anuncian pastas de dientes por televisión y en las revistas. A la hora de elegir una pasta de dientes, asegúrate de que contiene flúor. El flúor fortalece los dientes y los protege de las caries.

Para lavarte los dientes, no necesitas mucha pasta: con un poco de pasta, del tamaño de un guisante, basta. No es una buena idea tragarse la pasta, de modo que asegúrate de enjuagarte bien la boca después de cepillarte los dientes y de escupir cuando hayas acabado.

¿Cómo puedes tener unos dientes sanos?

Los niños pueden cuidarse los dientes siguiendo los siguientes pasos:

•Lávatelos por lo menos dos veces al día -después de desayunar y antes de acostarte por la noche. Si puedes, lávatelos también después de la comida y después de tomar un tentempié dulce. Lavarse bien los dientes ayuda a descomponer la placa dental.

•Cepíllate todos los dientes, no solamente los que están delante y se ven más. Dedica un tiempo a los dientes laterales y a la cara interna de todos ellos. No te cepilles las encías.

•Dedica tiempo a lavarte los dientes, por lo menos tres minutos cada vez. Si te cuesta calcular el tiempo, utiliza un cronómetro o ponte una canción que te guste para ayudar a pasar el tiempo.

•Pregunte a su dentista si un enjuague bucal antibacteriano de boca tiene razón para ti.

•Asegúrate de que tu cepillo de dientes es de cerdas suaves (en el envoltorio pondrá si es suave, medio o duro). Pide a tus padres que te cambien el cepillo de dientes cada tres meses. Las cerdas de algunos cepillos cambian de color cuando toca cambiar de cepillo.

•Aprende a utilizar seda dental, lo que es muy importante para mantener los dientes sanos. Las primeras veces que utilices seda dental tal vez te resulte extraño, pero en poco tiempo te harás un experto en su uso. Desliza la seda dental entre cada par de dientes adyacentes y a lo largo de la línea de las encías. La seda dental permite eliminar los restos de alimentos ocultos y llegar adonde no puede llegar el cepillo de dientes por muy bien que uno se lave los dientes.

•¡También puede cepillar la lengua para ayudar a mantener el aliento fresco!

También es importante que vayas al dentista dos veces al año. Aparte de evaluar si tienes caries o enfermedades que afectan a las encías, el dentista te ayudará a mantener los dientes superlimpios y tal vez te enseñe a sacar el mejor partido del cepillo de dientes y de la seda dental.

Para mantener los dientes sanos no sólo tienes que lavártelos bien y utilizar seda dental -también tendrás que tener cuidado con lo que comas o bebas. Recuerda que la placa dental está siempre esperando a que llegue el preciado azúcar. Come abundante fruta y verdura y bebe agua en vez de refrescos ¡y no te olvides de sonreír!


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jueves, 9 de febrero de 2012

Protege tu dentadura en verano




Durante el verano no sólo debemos cuidar nuestra piel y cabello, sino que tampoco debemos olvidar nuestros dientes y encías.

De hecho, el calor de esta época puede causar algunas enfermedades muy desagradables e incómodas, sobre todo si estamos de vacaciones. Recuerda que las altas temperaturas forman el ambiente ideal para la proliferación de bacterias que son las que pueden producir aftas, o boqueras que afectan la mucosa bucal, caries o gingivitis, entre otras.
Por lo tanto, como en muchos otros casos, es mejor prevenir y mantener una higiene dental adecuada, todos los días del año y –sobre todo- cuando hay calor.
También es importante que sigas una dieta saludable, la que incluya frutas, verduras y abundante agua, lo que te ayudará a prevenir patologías orales. Otro buen consejo es que disminuyas la ingesta de alimentos y bebidas azucaradas, ya que aumentan los niveles de ácido que afecta a los dientes.
El cepillado es fundamental, sobre todo antes de dormir, porque durante la noche los ácidos que destruyen los dientes se forman con mayor facilidad, ya que la secreción salival disminuye y el medio anaerobio, la boca cerrada, brinda condiciones favorables a la proliferación de bacterias.
Sigue estos consejos y de seguro llegarás a marzo con una sonrisa envidiable. No olvides llevar a tus vacaciones tu cepillo y pasta Pepsodent. Ellos te ayudarán a cumplir con este objetivo.


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Qué es la autoestima y consejos prácticos para mejorarla



Como lo indica el vocablo, autoestima implica el valor, el respeto, la consideración que se tiene uno a sí mismo. Por tanto, la autoestima abarca la integración de los rasgos corporales, de los rasgos mentales y de los rasgos espirituales que conforman la personalidad. Usted pudiera preguntarse: ¿la autoestima no cambia? ¿me moriré siendo como soy, o puedo modificar en algo mi autoestima?
Pues bien, la autoestima también puede ser aprendida y como todos los procesos de la vida, no es fija, sino que se puede mejorar.
Es conveniente advertir que durante la primera infancia, desde la etapa preescolar, es muy importante que no se haga al niño objeto de burlas, o abochornarlo delante de los demás. La manera en que a un niño lo ve su mamá, su papá, sus maestros, sus amiguitos y todas las experiencias que va adquiriendo, contribuyen a que se forme una imagen de sí mismo. Esa imagen puede ser muy buena o puede ser autodestructiva, y lo peor, es que esa imagen se siembra en la niñez y florece en la adultez. Muchas personas mayores que son tímidas, tienen sentimientos de inferioridad, o se autovalúan muy pobremente; con toda certeza en su infancia fueron objeto de múltiples agresiones contra su dignidad personal.
Por eso el nivel de autoestima es el responsable de muchos éxitos y fracasos no solamente en la escuela, sino tiempo después en la vida en general.
Si se tiene una autoestima elevada y un concepto positivo de sí mismo, se estará en condiciones de potenciar sus capacidades para desarrollar todas sus habilidades y hacer las cosas con seguridad en sí mismo. Pero si se tiene un nivel de autoestima bajo, será más proclive a los pensamientos de derrota y de fracaso.
Ahora bien, el concepto que se tiene de uno mismo, no es algo fijo o condenado a no poder ser cambiado. Por el contrario, cambia en las diferentes etapas o momentos de la vida. Así por ejemplo, invito a recordar cómo se veía a sí mismo en la escuela, después en la Secundaria, en el Preuniversitario y así sucesivamente.
Vamos a ver ahora algunos consejos prácticos para mejorar la autoestima:

1.Quiérase más. Eso está en sus manos, no en las de los demás, pues es una cualidad que radica en usted mismo y le facilitará modificar su propio autoconcepto.

2.Acéptese tal y como es, con sus virtudes y sus defectos. Recuerde que nadie es perfecto, por tanto, no pretenda serlo.

3.Desarrolle y perfeccione su sentido del humor, no le dé tanta importancia a lo que no la tiene, ni a los comentarios de los demás. No se considere el ombligo del mundo, quizá cree que todos están pendientes de lo que hace o dice. Recuerde que todo está en su mente.

4.Emplee más tiempo en hacer lo que le satisface y le hace feliz.

5.Asuma responsabilidades y tome decisiones. Si se equivoca, aprenda de sus errores y tenga coraje para volver a intentarlo. Nadie está exento de equivocaciones y siempre hay que ver la lección que nos brindan nuestros fracasos y errores. No olvide que “después de la tempestad viene la calma”.

6.Asuma la cuota que le corresponde, porque cualquier error, incomprensión, incomunicación o conflicto en la relación de pareja o en la interrelación con los demás, la responsabilidad siempre es compartida.

7.Reconozca sus propios logros, aunque sean modestos, pequeños o poco importantes. Y sobre todo, hágase un pequeño obsequio como premio.

8.Tenga por lo menos un objetivo en la vida.
 
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Preguntas y respuestas sobre el alcohol



¿Es una droga?
SÍ. Al igual que otras sustancias llamadas psicoactivas o drogas, el alcohol modifica el funcionamiento del sistema nervioso, produce cambios en la personalidad y la conciencia, con consecuencias nocivas para el individuo, la familia y la sociedad. Su consumo prolongado puede llevar a una necesidad progresiva de consumir cantidades cada vez mayores para sentir los mismos efectos y a la aparición de molestias físicas y psíquicas cuando se suprime dicho consumo.

¿Es un alimento?
NO. El alcohol sólo aporta calorías vacías, no tiene valor nutritivo para el crecimiento y mantenimiento de la salud. Además irrita las paredes del tubo digestivo, agota las reservas de ciertas vitaminas e interfiere con la absorción de los verdaderos alimentos.

¿Es un estimulante?
NO. Realmente es un depresor del sistema nervioso, primero actúa sobre las zonas del cerebro que controlan el juicio, razonamiento, comprensión y otras altas funciones intelectuales que regulan la conciencia humana, la persona se desinhibe y aparecen emociones, sentimientos y conductas impredecibles muchas veces inadecuadas con expresiones de euforia, tristeza o agresividad. Al deprimir otras áreas del sistema nervioso, también provoca trastornos en el lenguaje, el control y coordinación de los movimientos y según la cantidad ingerida puede llegarse a límites peligrosos de intoxicación, coma alcohólico y muerte.

¿Es bueno para combatir el frío?
NO. El alcohol dilata los vasos sanguíneos de la piel y nos da una sensación de calor pero realmente la temperatura del cuerpo baja cuando la superficie de la piel caliente entra en contacto con el ambiente más frío que nos rodea.

¿Mejora la sexualidad?
NO. La acción del alcohol sobre los sistemas nervioso y endocrino interfiere con los centros que regulan la respuesta sexual humana, la producción y acción de algunas hormonas sexuales, puede favorecer la aparición de impotencia sexual, incapacidad para experimentar el orgasmo y otras alteraciones en el funcionamiento sexual de la pareja desde el punto de vista físico y de interacción psicológica.

¿Aumenta la energía?
NO. Aunque momentáneamente la persona se sienta estimulada, el alcohol disminuye la capacidad de reacción psíquica, reduce la energía y fuerza muscular como consecuencia de su acción sobre el sistema nervioso y el metabolismo del azúcar sobre el tejido muscular.

¿Es un medicamento?
NO. Hasta la actualidad no se ha comprobado científicamente que el alcohol cure ninguna enfermedad, por el contrario, es factor de riesgo de distintos problemas de salud y sí existen verdaderas medicinas que son más efectivas, seguras, poco tóxicas y sin riesgo de dependencia para prevenir y combatir determinadas enfermedades.

¿Los que “asimilan o aguantan mucho alcohol” nunca serán alcohólicos?
NO es cierto. “Aguantar más alcohol” no es motivo de orgullo sino de engaño. El consumo excesivo y prolongado de esta sustancia va “obligando” al organismo a requerir cantidades crecientes para sentir los mismos efectos, a esto se llama TOLERANCIA AUMENTADA y desencadena un mecanismo adaptativo del cuerpo hasta que llega a un límite en que se invierte la supuesta resistencia y entonces “asimila menos”, por eso tolerar más alcohol es en sí un riesgo de alcoholización.



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miércoles, 1 de febrero de 2012

Alimentación para la prevención y vencimiento del cáncer


El Cáncer es una enfermedad que actualmente afecta a buena parte de la población mundial. Existen, al menos, cien tipos de cáncer que vienen determinados por la zona que se ve afectada de nuestro organismo, y que se produce mediante la alteración de las células, encargadas de formar tejidos.

El proceso normal de nuestro organismo comienza cuando el cuerpo demanda la creación de células según sus necesidades. Éstas se desarrollan, se dividen y mueren. Tienen un proceso concreto. El cáncer altera este proceso creando más y más células sin necesidad, de forma que el proceso de vida de las células también se altera, creando un tejido diferente, que es el tejido tumoral.

Los tumores pueden ser benignos: pueden extraerse y no suelen volver a crecer; y malignos, que pueden expandirse a otras zonas del organismo creando metástasis y que son más difíciles de erradicar.

¿Cómo prevenirlo?
En realidad no podemos saber a ciencia cierta si tendremos cáncer o no. Lo que sí que es cierto es que en la actualidad empiezan a realizarse estudios genéticos que determinan las posibilidades o la probabilidad de padecer un cáncer. Lo mejor y ante la imposibilidad de conocerlo al cien por cien es intentar prevenirlo ¿Cómo? A través de la buena práctica con nuestro cuerpo. Lo más básico es no fumar para evitar la posible aparición de tejido canceroso que aumenta el riesgo de padecer algunos cánceres como puede ser el de pulmón, y realizar ejercicio regular, de forma que el cuerpo se encuentre suficientemente sano. Deben evitarse las prácticas sedentarias y comenzar a realizar ejercicio, al menos tres veces por semana para reactivar el cuerpo


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El verano en tu plato



He aquí la estación de los colores, de los calores, de los sabores… Estación durante la cual nadie tiene ganas de comer como lo hace el resto del año. ¡Lo estabas esperando y finalmente llegó! ¿Quién? ¡El verano, por supuesto! Prepárate para poner el sol en tu plato.

Saber disfrutar de un ritmo diferente
Verano es sinónimo de vacaciones. En esta época del año, uno desea tomarse su tiempo, no agitarse. El ritmo de las comidas a menudo se ve modificado, lo cual no es para nada sorprendente y en definitiva, puede resultar muy juicioso. Podemos decir que es el único momento del año en el que no debemos forzarnos a comer bien por la mañana. El desayuno ocupa así un lugar privilegiado. Productos lácteos refrescantes, diversas frutas de temporada, quesos artesanales… En verano, por la mañana, no dudes en alejarte del “menú” tradicional del desayuno (café con leche y tostadas) para transformarlo en una verdadera comida, copiosa y variada. De esta forma, aprovechamos todas las ventajas para arrancar en plena forma y disfrutar de la jornada. Y si uno se levanta un poco tarde, el desayuno puede incluso transformarse en forma de brunch, ¿por qué no?

La comida del mediodía a menudo se simplifica en esta estación, especialmente porque hace calor. En cambio, generalmente se disfruta de un tentempié a media tarde para recuperarse un poco y rehidratarse, mientras que la cena, a menudo tardía, “con la fresca”, nos permite disfrutar de una larga reunión familiar o entre amigos.

Descubrir otros sabores y despertar el apetito
Pero verano también es sinónimo de calor (o debería serlo...), lo que no favorece la ingesta de alimentos. Cuando hay canícula, ¿quién tiene hambre!? Afortunadamente existen soluciones agradables y apetitosas. Evidentemente, se puede comer comida fría, o incluso helada: ensaladas, postres de gelatina, helados y sorbetes son todo un éxito en este periodo del año. Las barbacoas también son muy apreciadas: carnes o pescados asados en una parrilla forman parte de los placeres del verano: ¡Incluso sin hambre! Pero hay un truco: los compuestos volátiles que se forman en la superficie de los alimentos asados son particularmente aromáticos ¡y vuelven las parrilladas irresistibles!

¡Quitarse la sed!
¿Por qué no inspirarse en las tradiciones culinarias tradicionales que saben combatir el calor y hacer de ellas un aliado? En toda la cuenca mediterránea, en las islas tropicales, en India y en América latina, las virtudes de las especias para abrir el apetito son bien conocidas. Nada más eficaz que un condimento de curry o pimientos en una salsa para estimular las papilas. Es pues el momento de poner en el menú platos venidos de otros lugares, cuyos perfumes y sabores nos darán ganas de pasar a la mesa. En todos esos países de sol, se sabe también que es importante beber abundantemente así que no te prives de hacerlo. Por lo general, uno se quita la sed al final de la comida, con agua fría sola o mezclada con zumo de limón u hojas de menta. O incluso con té verde servido bien caliente, consumido a discreción entre las comidas. Esta es, según sus incondicionales, la bebida más agradable y eficaz contra la canícula.





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¿Protege el omega 3 contra las enfermedades periodontales?


Dos estudios publicados en noviembre de 2010 sugieren que el omega 3 contribuiría a prevenir las enfermedades periodontales gracias a su poder antiinflamatorio.

Las enfermedades periodontales afectan a los tejidos que sostienen el diente: las encías y el hueso alveolar. La mayoría de las veces están relacionadas con infecciones, durante las cuales gérmenes nocivos se acumulan en las encías produciendo una inflamación crónica. Si no se trataran, las enfermedades periodontales, que afectan a entre un 20 y un 50 por ciento de los adultos, serían las enfermedades inflamatorias más frecuentes en el mundo. Varios estudios recientes sugieren que el omega 3 tendría un efecto positivo en la prevención de esta patología dental.

El omega 3, un antiinflamatorio natural
El último de los estudios se realizó en Estados Unidos sobre 9200 pacientes de más de 20 años, quienes se sometieron a un examen periodontal. Los resultados revelaron que los que más omega 3 consumieron, sobre todo los tipos DHA y EPA, presentes en los pescados grasos, son lo que menos periodontitis sufrieron. “Este estudio constituye una prueba interesante”, comenta Rangé. Y agrega: “Es verdad que el organismo transforma el omega 3 en prostaglandinas y leucotrienos, cuya acción antiiflamatoria ha sido demostrada y largamente explotada por los cardiólogos en la prevención cardiovascular secundaria (después de un primer accidente coronario se recetan medicamentos a base de DHA y EPA)”.

Los primeros trabajos sobre este tema datan de hace menos de 10 años, y se realizaron con ratones de laboratorio. Tres equipos de investigadores (en Turquía, Estados Unidos y Australia) han comprobado que la administración de aceite de pescado en los ratones a los que se les había inyectado gérmenes responsables de enfermedades periodontales tiene un efecto protector y disminuye las tasas de diferentes marcadores de inflamación.

El omega 3 sería eficaz en sus dosis alimentarias
Posteriormente, dos estudios llevados a cabo en personas han demostrado una mayor eficacia del tratamiento clásico (raspado y alisado) cuando se administraba omega 3 y aspirina. En un segundo estudio, realizado en Egipto y aparecido en 2010, los voluntarios recibieron durante seis meses 900 miligramos de una mezcla de EPA y DHA, casi el doble del aporte nutricional recomendado (250 miligramos por día). Sin embargo, explica Rangé, “aún no se receta omega 3 en el tratamiento de las enfermedades periodontales. Todavía se necesitan más estudios clínicos sobre un número mayor de pacientes. Mientras tanto, es importante seguir las recomendaciones que permiten satisfacer los aportes necesarios: dos porciones de pescado graso por semana y aceite de maíz o nuez cotidianamente”.

Otros vínculos entre nutrición y enfermedades periodontales
Hay otros nutrientes que probablemente también tengan efectos preventivos de la periodontitis, por ejemplo, los antioxidantes. Y es que el estado inflamatorio va acompañado de estrés oxidativo. “El rol de la vitamina C en la prevención de una forma de enfermedad periodontal, la gigivitis del escorbuto, se conoce desde hace muchos años. Hay trabajos recientes que sugieren que minimiza el ataque de las bacterias tóxicas contra las células de las encías”. Las vitaminas del grupo B, que facilitan la cicatrización, podrían mejorar la recuperación tras la operación periodontal. Los aportes de calcio y vitamina D también son importantes en la prevención de la pérdida de masa ósea y por lo tanto del hueso alveolar. Además, la vitamina D, gracias a su propia acción antiinflamatoria, también mejora la eficacia de los tratamientos paradontológicos.

En conclusión: la prevención de las enfermedades periodontales pasaría, al igual que las enfermedades cardiovasculares o la obesidad, por una alimentación equilibrada y una buena higiene bucodental: cepillado diario, visitas anuales al dentista y uso del hilo dental. “Las personas diabéticas o con sobrepeso deben más que nadie recibir supervisión de un cirujano dentista o un parodoncista”, insiste Rangé. La diabetes y la obesidad crean un estado inflamatorio crónico (las células grasas generan factores de inflamación) que favorece las enfermedades periodontales. Casualmente, los omega 3 contribuyen a la prevención del aumento de peso.




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Infecciones de los dientes y de las encías




Los dientes y las encías pueden albergar infecciones, que se localizan, según los casos, en la raíz del diente, en la encía o en el hueso que lo sostiene. El origen de la infección es con frecuencia una mala higiene de la boca y de los dientes.

Los dientes pueden ser sede de abscesos, bolsas de pus localizadas en los tejidos que rodean la raíz de una pieza dental infectada. Cuando se infecta la encía (gingivitis), la afección se puede complicar con la afectación de los tejidos que fijan y sostienen el diente en los maxilares (parodontitis) y dar lugar al descalce del diente o a su caída.


Absceso dental
Se debe a una infección no tratada de la pulpa, tejido formado por nervios y vasos sanguíneos que está situado en el interior del diente. Una vez destruida la pulpa, la infección llega al hueso de la mandíbula. Con frecuencia, la infección de la pulpa es consecuencia de una caries; más raramente, de una fractura dental o de una enfermedad de las encías.


Síntomas. Un absceso dental cursa con enrojecimiento y una hinchazón característica de la encía y, en ocasiones, de la mejilla, y con dolor muy agudo que impide masticar con normalidad. Sin tratamiento, el paciente puede sufrir dolor de cabeza, fiebre y fatiga general. Si la pared del absceso se rompe espontáneamente, aparece pus de color verdoso y de olor fétido y, en la mayoría de los casos, el dolor desaparece.


Tratamiento. Consiste en practicar drenaje del pus, si no se ha producido espontáneamente, mediante una simple incisión horizontal con el bisturí y a continuación limpiar los canales que contienen la pulpa infectada. Una vez que se ha solucionado la infección, los canales se obturan con una pasta adecuada y, más tarde, el diente, que se ha vuelto frágil y se puede romper, se recubre con una corona.

Cuando la incisión no es posible (absceso en el que todavía no hay acumulación de pus), se recetan antibióticos. La prevención consiste en acudir con regularidad al dentista, para poder detectar los primeros signos de una infección, la presencia de caries o una lesión de la encía. De este modo, se puede intervenir a tiempo.


Infección de las encías
La infección de las encías, o gingivitis infecciosa, está provocada con frecuencia por un cepillado incorrecto de los dientes, que ocasiona la acumulación de placa y sarro que contiene un gran número de bacterias. Las toxinas producidas por estas bacterias irritan la encía y la infectan.


Síntomas. La gingivitis produce una hinchazón anormal de las encías, que están enrojecidas y muy sensibles; también sangran con facilidad, especialmente durante el cepillado de los dientes.


Complicaciones. Cuando no se trata, la gingivitis puede evolucionar hacia la inflamación de los tejidos de sostén del diente (parodontitis): el hueso donde se inserta el diente se deteriora poco a poco y existe riesgo de descalce de los dientes. Cuando el hueso está completamente destruido, se habla de parodontólisis. Ésta se acompaña de desprendimiento de la encía alrededor del diente. La parodontólisis es la causa esencial de la pérdida de piezas dentales a partir de los 30 años.


Tratamiento. Consiste en practicar una limpieza cuidadosa para eliminar el sarro, eventualmente después de la administración de antibióticos. Cuando existe parodontitis, puede ser necesaria la incisión y la ablación de una parte de la encía que rodea el diente (gingivectomía). En caso de parodontólisis, se puede practicar una intervención que consiste en despegar quirúrgicamente la encía para limpiar y raspar las lesiones (intervención con colgajo). El tratamiento también puede consistir en rellenar las estructuras destruidas con un material apropiado. La prevención de las infecciones de las encías es primordial. Se han de cepillar los dientes con mucha atención, por lo menos dos veces al día, con un cepillo adecuado.


Parodontio
El parodontio es el conjunto de los tejidos que fijan y sostienen los dientes en los maxilares. Se distingue el parodontio profundo (hueso alveolar, ligamento, cemento) y el parodontio superficial (encía). El hueso alveolar constituye la parte superficial de la mandíbula; está surcado por alvéolos donde se insertan las raíces de los dientes. El ligamento es un tejido fibroso y elástico que une el diente al hueso alveolar. El cemento es un tejido mineralizado que recubre la raíz del diente.


Alveolitis dental
Es la infección de uno de los alvéolos, cavidades de la mandíbula donde se encajan los dientes. Se presenta, generalmente, después de la extracción de una pieza dental que con frecuencia ya está infectada. Provoca un dolor lancinante que no cede con la administración de analgésicos (medicamentos contra el dolor). El tratamiento se basa en la aplicación local de un antiinfeccioso y un calmante, en ocasiones, junto con la administración de antibióticos y de antiinflamatorios. En algunos casos, se ha de practicar un raspado del alvéolo donde se inserta el diente o la ablación de un fragmento de hueso necrosado. La infiltración de un anestésico en un punto determinado de la mejilla o en una zona superior adecuada con frecuencia calma el dolor de forma inmediata.


Consolidación de las encías
Cuando el hueso donde se insertan las raíces dentales (hueso alveolar) se destruye, es posible restaurarlo mediante una técnica quirúrgica. Se utiliza un material de relleno en forma de polvo o de gránulos finos; uno de los más utilizados hace uso del coral.
Una vez depositado en la cavidad de la raíz dental (alvéolo), este material se mantiene en su sitio por medio de una sutura de la encía. De este modo, forma una trama sobre la cual el hueso alveolar se podrá regenerar, lo que permitirá que la encía se consolide en unos meses.




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