miércoles, 28 de diciembre de 2011

Administración complementaria de flúor para la salud bucal


Entre los métodos preventivos contra la caries dental el más extendido ha sido el flúor en sus diversas presentaciones, con el objetivo de incrementar la resistencia del diente a la destrucción por caries.

El flúor es un mineral electronegativo que aumenta la resistencia del esmalte e inhibe el proceso de caries por disminución de la producción de ácido de los microorganismos fermentadores, reducción de la tasa de disolución ácida, reducción de la desmineralización, incremento de la remineralización y estabilización del pH en la boca.

Los mecanismos de prevención del flúor se manifiestan durante la formación de los dientes y después de erupcionados estos.

La incorporación del ion flúor a la estructura dentaria, tanto de la dentina como del esmalte, al unirse con la hidroxiapatita forma un tejido mucho más resistente a la acción de los ácidos liberados por las bacterias que se encuentran en la cavidad bucal durante los procesos de descomposición de los azúcares y carbohidratos fundamentalmente.

Generalmente este ion flúor entra al organismo a través de los alimentos, las bebidas, el agua de beber y la sal, utilizados en la preparación de las comidas, y el aire, aunque estudios realizados han demostrado que también se absorbe parte del que se utiliza por medios tópicos como son las cremas dentales, las lacas y los enjuagatorios.

El flúor es absorbido y pasa al torrente sanguíneo y de este a los huesos y otros tejidos, de los que se va liberando paulatinamente e incorporando a los fluidos corporales, incluida la saliva, por lo que también ejerce una función estabilizadora del pH de esta y participa en el intercambio iónico que se produce entre ella y los tejidos que conforman las estructuras dentarias, principalmente el esmalte. Se plantea además en las últimas décadas un efecto inhibidor del metabolismo bacteriano.

Los excesos en una gran medida son eliminados por la orina, las heces y el sudor, pero pueden llegar a niveles de acumulación muy altos en los que se convierte entonces en un factor de agresión para el organismo y cuya primera manifestación es la fluorosis dental.

Los métodos de administración del flúor por vía sistémica son:

•Fluoruración de las aguas de consumo humano

•Fluoruración de la sal de consumo humano

•Comprimidos o gotas: este aspecto es de gran importancia al implementar otras fuentes masivas de suministro de flúor pues los pediatras son muy propensos a indicar la utilización de tabletas o gotas a sus pacientes sin tener en cuenta en muchos casos las otras fuentes, siendo causa entonces de fluorosis dental

•Fluoruración del agua de consumo escolar

•Fluoruración de la leche

Las formas tópicas se refieren a aquellas aplicaciones que se realizan con determinada periodicidad. Algunas de ellas son:

•Enjuagatorios con soluciones fluoruradas, cuya periodicidad está en dependencia de la concentración de flúor

•Gel fluorurado: estas aplicaciones pueden ser realizadas por el profesional o por la misma persona, y la periodicidad es mayor que en el caso anterior

•Barniz o laca fluorurada: debe ser aplicado por el profesional pues requiere de un aislamiento de los dientes del fluido salival para incrementar su efectividad. La periodicidad es más amplia que los métodos anteriores, aunque depende de las características individuales de la persona
•Profilaxis con pasta fluorurada: se utiliza por el profesional cuando hace tratamiento profiláctico al paciente

•Cremas dentales con flúor: es utilizada por la persona cada vez que realiza el cepillado dental, se recomienda que este sea 4 veces al día. Es importante tener en cuenta esta práctica a la hora de implementar otros Programas de Fluoruración pues puede ser causa de altas dosis de flúor y por tanto producir fluorosis dental en las poblaciones. Se recomienda que las concentraciones en las cremas sean mínimas y de ser posible que no se utilicen con flúor.

En todos los casos es importante tener en cuenta que la dosis necesaria para las personas es de 0.05 a 0.07 mg por kilogramo de peso corporal.

Desde principios del siglo pasado en que se identificó la asociación entre el flúor presente en el agua de consumo y la baja prevalencia de caries en poblaciones de Estados Unidos, no se ha detenido su uso, demostrándose reducciones entre un 40 y un 80% en la prevalencia de caries cuando se sistematiza su uso a través del agua o la sal, a pesar de que existen algunos investigadores que plantean posiciones contrarias.

Consideramos que alcanzar una administración adecuada de flúor, en las cantidades requeridas para incrementar la resistencia del diente, sin llegar a producir fluorosis dental, es el método más efectivo y eficiente que existe actualmente para lograr prevenir la caries dental en todas las poblaciones.


Clinica dentisimplant

La prevención de los malos hábitos bucales



La salud oral es parte integral de la salud general, es por ello que adquirir buenos hábitos bucales desde las primeras etapas de la vida garantizará con seguridad una vida sana. Para prevenir los malos hábitos bucales se hace necesario conocerlos y destacar sus principales efectos. La boca como puerta de entrada al cuerpo responde al mundo exterior pero además refleja lo que ocurre en el universo interior.

El psicólogo norteamericano Abraham Maslow especifica que los hábitos son “una reacción formada que se resiste al cambio”: Dorland en su enciclopedia médica lo define “como una práctica constante y fija establecida por la repetición frecuente”.

Cuando los hábitos bucales no son correctos se altera el normal desarrollo facial, se producen deformaciones óseas y musculares y cuando se repiten desde edades tempranas provocan un crecimiento deficiente. Es por ello que se requiere de una adecuada atención para evitar en la adolescencia y adultez problemas orgánicos y de repercusión psicológica que tienen su origen en las primeras etapas de la vida.

El cantautor Joan Manuel Serrat, describió a los más pequeños de la casa, a “esos locos bajitos” así:

“A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción; ésos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, hay que domesticar”.

Y es cierto. Para contraer buenos hábitos bucales desde el umbral de la vida, los niños requieren de la asesoría de padres y familia. Conocer las ventajas de establecer hábitos correctos es el primer paso para evitarlos.

En el momento del nacimiento los bebés no tienen dientes, luego aparece su dentadura transitoria, es decir los llamados “dientes de leche” y posteriormente aflora la dentadura permanente.

La higiene en general y la bucal en particular es lo primero que se debe enseñar al niño. Ello se traduce no solo en el adecuado y sistemático cepillado de los dientes, sino en mantener hábitos dietéticos saludables.

Sin embargo, existen otras costumbres que inciden de forma negativa o pueden provocan efectos negativos para la salud del infante.

¿Cuáles son esos hábitos deformantes?

•Succión digital

El hábito de succión en los niños pequeños se debe a un reflejo natural que ya estaba presente en el bebé cuando se encontraba en el útero materno. Se trata de algo completamente normal, e incluso sano. Está relacionado con la capacidad de supervivencia, pues le permite alimentarse y crecer, pero además le ofrece seguridad, placer y sensación reconfortante. También tiene la función de que el niño entre en contacto con su nuevo entorno y aprenda del mundo que le rodea.

Es fisiológico que tanto los niños recién nacidos como los de meses se chupen el dedo, incluso existen casos de niños en edad escolar que hacen uso de este mal hábito, aunque se considera normal hasta los dos años y medio de edad e incluso puede admitirse hasta los 4. Existen dos tipos diferentes de succionadores de dedo, el “pasivo” que tiende a llevar el dedo a la boca y solo tenerlo allí y el “activo” que ejerce una presión vigorosa contra los dientes. Estos últimos pueden sufrir más alteraciones dentales y de la mandíbula.

Eliminar la succión digital en las primeras etapas evita deformaciones en la mordida (abierta o cruzada) y faciales. Después de los 4 años de edad puede generar cambios en la tonicidad muscular de los labios, retardar su maduración, dificultar la deglución normal e incluso la respiración.

Otros problemas asociados son la formación de callos en el pulgar, eccema irritativo, uñeros y deformación del dedo, además de trastornos en el lenguaje y en el desarrollo físico y emocional del niño, con deterioro de su autoestima.

Si el hábito de succión del pulgar se extiende hasta los 6 años deberá consultarse con el especialista para su adecuada intervención.

La psicología considera que la persistencia del hábito de succión digital puede deberse a una respuesta para afrontar el estrés, aunque especialistas consideran que solo es una respuesta de adaptación y no un desequilibrio psicológico.

En muchos casos este mal hábito tiene su origen en problemas afectivos en el entorno familiar o inmadurez del niño, cambios abruptos en la familia sin una correcta preparación como la llegada de un hermanito, ingreso del niño a la escuela, entre otros. Es por ello que el primer paso para separar al infante de ese mal hábito es la consulta especializada para dar solución al posible conflicto y buscar la mejor vía de eliminación.

•Respiración bucal

La respiración vía nasal es una función vital que permite que el aire entre caliente al organismo, se mantenga humedecida la mucosa y se retengan las impurezas, lo que impide o dificulta el riesgo de infecciones.

Como bien lo dice su nombre, la respiración bucal, es la que el individuo realiza a través de la boca, en lugar de hacerlo por las fosas nasales.

Las causas que pueden originarla pueden dividirse en obstructivas o funcionales. La hipertrofia de adenoides, las rinitis alérgicas, las desviaciones del tabique nasal, la hipertrofia de los cornetes, los pólipos e incluso los procesos tumorales pueden ser ejemplos de las obstructivas. Las funcionales se producen por la persistencia de la respiración bucal y aunque sea corregida la causa se continúa con el mal hábito.

La respiración bucal puede producir alteraciones de la mordida (abierta, profunda y cruzada), paladar profundo y estrecho y gingivitis crónica. Otras alteraciones que pueden provocar son trastornos en la audición, pues al mantener la boca abierta, la onda sonora se hace débil; también anorexia falsa, pues se come sin apetito por la dificultad de coordinar la respiración con la masticación al momento de tragar, y además, trastornos del sueño caracterizados por mal dormir, agitación y ronquido.

La respiración bucal puede producir afectaciones en el timbre de la voz, en la memoria, en la capacidad de fijar atención y producir cansancio crónico.

Los estudios relacionados con la respiración bucal describen que aproximadamente 25 % de la población infantil presenta respiración bucal, y más del 50 % de ellos se deben a malos hábitos. Dentro de las causas, la rinitis alérgica (inflamación de la mucosa nasal) es una de las más frecuentes.

Un elemento importante para la prevención de la respiración bucal es vigilar cualquier proceso alérgico en el niño o alteración de sus mucosas. Además, la limpieza de la nariz debe ser sistemática para mantener su limpieza.

El conocimiento de los efectos perjudiciales de este tipo de respiración y la observación por los padres de cualquier tipo de señal que pueda indicar el establecimiento de patrones de respiración bucal en el niño es una de las vías para prevenir este mal hábito y sus consecuencias.

•Deglución infantil

La deglución es la acción automática que permite el tránsito del bolo alimenticio o la saliva desde la cavidad bucal al estómago. Se trata de una secuencia de contracciones musculares que se apoyan en el patrón primario de succión.

Se divide en dos etapas, la fase oral, en la que se detiene la respiración, se cierran los labios, se relaja la musculatura y se ponen en contacto los dientes superiores e inferiores hasta que la lengua impulsa el bolo hacia la faringe. La segunda fase impulsa el bolo hacia el esófago. Esta es la deglución típica del adulto. La infantil es la que existe en el nacimiento y se logra con la separación de los maxilares y con el intercambio entre la lengua y los labios que es el mecanismo que se utiliza para lograr el tránsito de los alimentos.

La aparición de los dientes, la maduración neuromuscular y la incorporación de alimentos sólidos son los principales elementos que guían el tránsito entre deglución infantil y adulta, la que se produce de forma gradual. Ese período de transición se extiende entre los 8 y 16 meses, momento en que aparece la deglución característica del adulto.

Si persiste después de los 7 años el patrón de deglución de los primeros meses de vida, la lengua se apoyará entre los dientes incisivos, y ello origina una mordida abierta que con la continuación provocará afectaciones en la dentadura y un mal funcionamiento de los músculos relacionados con la deglución del adulto.

Es importante tener en cuenta que la deglución es un mecanismo que se repite entre 800 y 1000 veces por día, razón suficiente para justificar las consecuencias que pueden ocasionar el mantenimiento de este mal hábito.

Una de las vías mejores para evitar la deglución infantil es incorporar los alimentos sólidos según la guía de ablactación recomendada por los especialistas. Ello garantizará la incorporación de alimentos sólidos en el tiempo adecuado y con ello se promueve el tránsito hacia la deglución del adulto.

Hábitos incorrectos como la respiración bucal, el uso del chupete o tete y del biberón retardan el patrón de deglución del adulto.

Otros hábitos no recomendados

•El biberón

La tendencia natural a la succión puede variar según el niño y la edad. En el lactante es perfectamente natural y no debe ser interrumpida. Al iniciarse la erupción dental, lo ideal sería interrumpir este hábito ya que provoca deformaciones en los maxilares, dientes y pulgar.

El biberón y el chupón provocan deformaciones en maxilares y en las arcadas dentarias en dependencia de la frecuencia, duración e intensidad del hábito. El efecto suele ser transitorio si se usan hasta la salida de los incisivos temporales, y en la gran mayoría de los casos si sólo se utiliza hasta los dos años.

Muchos niños pequeños satisfacen el deseo de succión con un biberón, e incluso se establece la costumbre de dormirse succionando. Esta constituye una de las causas más comunes de caries dentales más agresivas, conocidas como “caries del biberón”, si con ellas además se incorporan bebidas azucaradas. Cuando el contacto prolongado con bebidas ricas en carbohidratos es al dormir, el riesgo es mayor pues la salivación disminuye y por eso la bebida dulce queda más tiempo en la boca sin deglutir.

Las caries del biberón pueden ser extensivas en la dentición temporal, pero es importante recordar que muchos de estos dientes permanecen durante al menos 7 años y durante mucho tiempo coincidirán dientes de leche y definitivos en la boca del niño. En ello radica la importancia de evitar el uso de biberón por tiempos prolongados. Las caries del biberón pueden causar además problemas de alineación y otros efectos en la dentición definitiva.

•Morder uñas y otros objetos

La onicofagia o comerse las uñas, así como la mordedura de lápices u otros objetos son hábitos que provocan también alteraciones dentarias. Su efecto se produce por desgaste o abrasión irregular y astillamiento prematuro de los dientes. Además provocan heridas en las mucosas orales que favorecen lesiones como las aftas, infecciones con herpes, entre otras alteraciones de la mucosa oral.

El camino de la prevención de los malos hábitos bucales

Los malos hábitos bucales no solo pueden eliminarse sino prevenirse.

La alimentación del bebé con leche materna al menos durante 6 meses es una práctica que además de alejar los efectos negativos de los biberones, obliga al niño a respirar por la nariz y desarrolla una base ósea sólida para el nacimiento de los dientes temporales y permanentes. Es por ello que disminuye la necesidad de tratamiento ortodóncico y el riesgo de caries.

Es importante también evitar el uso de tetes, así como la succión digital, y además mantener una higiene adecuada en sus fosas nasales y posteriormente en la cavidad oral.

En el proceso de ablactación deben prepararse alimentos duros y fibrosos para estimular una masticación vigorosa y favorable para ejercitar músculos masticatorios y hace que la mandíbula se desarrolle de forma adecuada y el primer molar, llamada “llave de la oclusión” por su importancia en el cierre correcto de los dientes, se coloque en la posición adecuada.

Los buenos hábitos alimentarios son importantes para la salud bucal.

En el patrón de alimentación del bebé no deben faltar la leche, el yogur o el queso por constituir fuentes importantes de calcio, fundamental para la formación y estabilidad de los dientes.

Ciertos minerales como el fósforo y el flúor, y vitaminas como la D, C, A y las vitaminas del complejo B, también son esenciales para la formación y conservación de una buena dentición. Es por eso que en la dieta de los niños debe estar presente el pescado, los huevos, las frutas y vegetales.

Las meriendas de los pequeños no deben ser con golosinas, lo más oportuno serían queso o frutas. En caso de consumir confituras o alimentos ricos en azúcares debe orientarse el cepillado posterior de los dientes.

A partir del año es importante acostumbrar al bebé a tomar las bebidas en vaso, en lugar de usar biberones para estimular los movimientos de deglución adulta.

Las consultas de pediatría son otra de las vías para controlar cualquier dificultad del niño, así como tratar todos las enfermedades respiratorias para impedir los procesos inflamatorios crónicos que pueden provocar hipertrofias de adenoides y amígdalas, elementos importantes de las primeras líneas de defensa del organismo.


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La Salud Dental de los Niños


Muchas personas piensan que la enfermedad periodontal es un problema de los adultos. Sin embargo, los estudios indican que la gingivitis (la primera etapa de la enfermedad periodontal) se encuentra casi universalmente en los niños y en los adolescentes. Las formas avanzadas de la enfermedad periodontal son más raras en los niños que en los adultos, pero pueden ocurrir.

Para asegurar los dientes saludables como adulto, se deben establecer buenos hábitos orales cuando niño. Los padres pueden fomentar los buenos hábitos de salud oral en el hogar. Por ejemplo, los padres podrían premiar a los niños con visitas del ratoncito o del hada de los dientes no sólo cuando se les cae un diente, sino cuando el niño pasa el examen del dental.

Clases de enfermedades periodontales en los niños
La gingivitis crónica es común en los niños. Por lo general causa que las encías se inflamen, se enrojezcan y sangren fácilmente. La gingivitis se puede prevenir y además tratar siguiendo una rutina habitual del cepillado, uso del hilo dental y cuidado dental profesional. Sin embargo, si no se le da tratamiento, puede progresar con el tiempo hacia unas formas más serias de enfermedad periodontal.

La periodontitis agresiva puede afectar a sanos. La periodontitis agresiva localizada se encuentra en los adolescentes y en los adultos jóvenes y afecta principalmente los primeros molares y los dientes incisivos (del frente). Se caracteriza por la pérdida severa de hueso alveolar, e irónicamente, los pacientes forman muy poca placa dental o sarro.

La periodontitis agresiva generalizada puede comenzar más o menos en la pubertad y puede involucrar toda la boca. Se distingue por la inflamación de las encías y acumulaciones grandes de placa dental y de sarro. Con el tiempo puede causar que los dientes se aflojen.

La periodontitis asociada con enfermedades sistémicas ocurre en los niños y en los adolescentes como en los adultos. Entre las condiciones que hacen que los niños sean más susceptibles a la enfermedad periodontal están las siguientes:

Diabetis Tipo 1

Síndrome de Down

Síndrome de Papillon-Lefevre

Por ejemplo, en un estudio de 263 diabéticos del Tipo 1, entre los 11 y los 18 años de edad, el 10% tenía periodontitis evidente.

Signos de la enfermedad periodontal

Hay cuatro signos básicos que le darán le indicar< n de la enfermedad periodontal en su niño:

Sangramiento: Encías que sangran al cepillarse, al usar el hilo dental o en cualquier otro momento

Inflamación: Encías inflamadas y enrojecidas

Recesión: Encías que han retrocedido de los dientes, exponiendo a veces las raíces

Mal aliento: Mal aliento constante que no desaparece al cepillarse ni al usar el hilo dental

La adolescencia y el cuidado oral

Hay evidencia que indica que la enfermedad periodontal puede aumentar durante la adolescencia por la falta de motivación en practicar la higiene oral. Los niños que mantienen buenos hábitos de higiene oral hasta los 13 años tienen más probabilidades de continuar cepillándose y usando el hilo dental que los niños que no se les enseñó el cuidado oral apropiado.

Los cambios hormonales relacionados con la pubertad pueden aumentar en los adolescentes el riesgo de desarrollar la enfermedad periodontal. Durante la pubertad, el aumento en el nivel de las hormonas sexuales, como la progesterona y posiblemente el estrógeno, causan un aumento en la circulación sanguínea en las encías. Esto puede causar un aumento en la sensibilidad de las encías y una reacción más fuerte a cualquier irritación, incluyendo las partículas de comida y la placa. Durante esta época, las encías pueden inflamarse, enrojecerse y sentirse doloridas.

Según los jóvenes van pasando la pubertad, la tendencia de las encías a inflamarse como respuesta a los irritantes disminuye. Sin embargo, es muy importante que durante la pubertad se siga un buen régimen de higiene oral en el hogar que incluya el cepillado y el uso habitual del hilo dental. En algunos casos, un profesional dental puede recomendar terapia periodontal para ayudar a prevenir el daño a los tejidos y al hueso que rodean los dientes.

Consejos a los padres

El diagnóstico temprano es importante para obtener un tratamiento exitoso de las enfermedades periodontales. Por lo tanto, es importante que los niños reciban un examen periodontal como parte de las visitas de rutina al dentista. Debe saber que una forma avanzada de enfermedad periodontal puede se un signo temprano de que su niño tenga una enfermedad sistémica. Se debe considerar una evaluación médica general para los niños que presentan periodontitis severa, especialmente si parece ser resistente a la terapia.

Muchos medicamentos pueden secar la boca o crear otras amenazas a la salud oral. Asegúrese de decirle a su profesional dental de cualquier otro medicamento que los miembros de su familia estén tomando.

Observe bien a su familia para ver si alguien tiene el hábito de rechinar los dientes. El rechinar los dientes puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad periodontal además de causar que los dientes se fracturen o se astillen. Los dentistas pueden hacer férulas a la medida para evitar el rechinar de los dientes por la noche.

Los investigadores sugieren que la enfermedad periodontal se puede pasar en la saliva. Esto significa que el contacto de la saliva, común en las familias, puede exponer a los niños y a las parejas al riesgo de contraer la enfermedad periodontal de otro miembro de la familia. Si un miembro de la familia tiene enfermedad periodontal, todos los miembros de la familia deben ver un profesional dental para recibir una evaluación periodontal.

La medida preventiva más importante contra la enfermedad periodontal es la de establecer buenos hábitos orales en sus niños. Hay tres medidas preventivas básicas para ayudar a su niño a mantener una buena salud oral:

Instituya buenos hábitos de salud oral temprano. Cuando su niño tenga 12 meses, puede empezar a usar pasta dental cuando le cepille los dientes. Sin embargo, use sólo una gotita de la pasta dental y empújela dentro de las cerdas para que su niño no se la coma. Y, cuando los espacios entre los dientes se le cierren, es importante empezar a usar el hilo dental.

Sea usted el buen ejemplo; practique buenos hábitos de salud oral.

Establezca para su familia visitas regulares al dentista para los chequeos, las evaluaciones periodontales y las limpiezas.

Examine la boca de su niño a ver si hay signos de enfermedad periodontal, incluyendo sangría de las encías, hinchazón y enrojecimiento de las encías, recesión de las encías y mal aliento.

Si su niño tiene malos hábitos de salud oral actualmente, haga el esfuerzo para que su niño los cambie ahora. Es más fácil modificar estos hábitos en un niño que en un adulto. Como su niño modela su comportamiento con el de usted, es lógico que usted debe servir de ejemplo positivo con sus hábitos de higiene oral. La sonrisa saludable, el buen aliento y los dientes fuertes contribuyen todos al sentido de la apariencia personal del joven, así como a su confianza y autoestima.


Clinica dentisimplant

martes, 13 de diciembre de 2011

Alineación de los dientes


El tiempo que debes usar frenos se determina dependiendo de cada persona.

La mala formación y colocación de los dientes se debe en su mayoría a problemas hereditarios o malos hábitos empleados durante en la infancia y etapa de formación de los dientes permanentes.

Regularmente cuando visitas al dentista, te dice si necesitas algún tipo de tratamiento para corregir tus dientes, y te envía a que acudas con un ortodoncista.
La ortodoncia se especializa en el diagnóstico, prevención y tratamiento de anomalías dentales y faciales. El tratamiento consiste en el control de aparatos correctivos, como: frenos para alinear los dientes, labios, y maxilares. El especialista diagnosticara qué debes usar para tus dientes.
Los frenos corrigen la alineación de tus dientes a través de aplicar presión continua en ellos, lo cual eventualmente los mueve a una mejor posición. Un retenedor también aplica presión a tus dientes, y puede ser utilizado para sostener tus dientes en una posición definitiva.
El tiempo que debes usar frenos se determina dependiendo de cada persona, no existe un tiempo estipulado. Pero la mayoría de personas usan frenos por 1 a 3 años. Es importante que siempre te revises los dientes con el dentista, puesto que el ortodoncista únicamente trabaja con aparatos y no revisa caries o la limpieza bucal.

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Vida de un cepillo dental



Los cepillos dentales son los mejores aliados para combatir la placa bacteriana, a la que nuestros dientes están expuestos.

Un cepillo dental posee un tiempo determinado de vida y de uso. Antes los dentistas recomendaban cambiarlo cada tres meses, debido a la cantidad de bacterias que se acumulan en las cerdas y en el mango del objeto.

Los cepillos de cerdas suaves y de puntas redondeadas, suelen durar menos que las de cerdas fuertes. Las primeras te ayudan si eres hipersensible de las enciíllas y puedes hacer un masaje.

Recuerde que aunque logre controlar la sensibilidad, es recomendable que visite a su odontólogo para que identifique y dé solución a tiempo de la causa de su problema.

Aplicar una técnica adecuada y saber utilizar el cepillo dental nos facilitará el proceso de higiene de los dientes y asegurará la limpieza de todas las piezas.

Si usas un buen cepillo en buenas condiciones y laves tu boca en cada comida, gozarás de una dentadura perfecta y una sonrisa sana.

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El apiñamiento dental y sus causas

Además de una mayor incidencia de caries, las personas con este tipo de anomalía pueden tener problemas a la hora de hablar y puede afectar la autoestima. El apiñamiento dental constituye un problema que ha ido en aumento en los últimos años en países como Perú.

El apiñamiento dental que se refiere a los dientes montados unos encima de otros es provocado por una incorrecta alimentación, una mayor respiración por la boca y algunos malos hábitos adquiridos, sobre todo en la infancia.

Este tipo de deformidad es consecuencia de la desigualdad existente entre el tamaño de los dientes y el espacio interdental necesario para que estén alineados y, aunque en la aparición de dientes apiñados hay un componente genético, se ha percibido un aumento de casos de este problema que puede ocasionar dificultades para comer y hablar e incluso problemas bucodentales como consecuencia de la acumulación de placa.

Por ello, y dado que este apiñamiento se puede corregir desde edades tempranas, los expertos recomiendan a los padres no abusar de las comidas blandas como cereales y comidas de bebé, pues "ingerir este tipo de alimentos hace que los músculos y los huesos se vuelvan débiles y no se desarrollen correctamente". Los expertos aconsejan ir añadiendo poco a poco comidas más duras en la dieta de los niños como manzanas o carne, para que empiecen a masticar.

Otra costumbre que induce a este apiñamiento es la succión digital, que en los niños se produce cuando se chupan el dedo, usan chupetes durante más tiempo del necesario o siguen usando el biberón después de los tres años, lo que "puede descolocar los dientes y afectar al paladar".

Además de una mayor incidencia de caries, las personas con este tipo de anomalía pueden tener problemas a la hora de hablar, por la dificultad que experimentan para pronunciar correctamente algunos sonidos; para comer, ya que no mastican bien; y por último, pero no menos importante, puede afectar a la autoestima hasta el punto en el que el afectado puede ver mermada la confianza en sí mismo por no estar contento con su estética facial.

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