miércoles, 28 de diciembre de 2011

Administración complementaria de flúor para la salud bucal


Entre los métodos preventivos contra la caries dental el más extendido ha sido el flúor en sus diversas presentaciones, con el objetivo de incrementar la resistencia del diente a la destrucción por caries.

El flúor es un mineral electronegativo que aumenta la resistencia del esmalte e inhibe el proceso de caries por disminución de la producción de ácido de los microorganismos fermentadores, reducción de la tasa de disolución ácida, reducción de la desmineralización, incremento de la remineralización y estabilización del pH en la boca.

Los mecanismos de prevención del flúor se manifiestan durante la formación de los dientes y después de erupcionados estos.

La incorporación del ion flúor a la estructura dentaria, tanto de la dentina como del esmalte, al unirse con la hidroxiapatita forma un tejido mucho más resistente a la acción de los ácidos liberados por las bacterias que se encuentran en la cavidad bucal durante los procesos de descomposición de los azúcares y carbohidratos fundamentalmente.

Generalmente este ion flúor entra al organismo a través de los alimentos, las bebidas, el agua de beber y la sal, utilizados en la preparación de las comidas, y el aire, aunque estudios realizados han demostrado que también se absorbe parte del que se utiliza por medios tópicos como son las cremas dentales, las lacas y los enjuagatorios.

El flúor es absorbido y pasa al torrente sanguíneo y de este a los huesos y otros tejidos, de los que se va liberando paulatinamente e incorporando a los fluidos corporales, incluida la saliva, por lo que también ejerce una función estabilizadora del pH de esta y participa en el intercambio iónico que se produce entre ella y los tejidos que conforman las estructuras dentarias, principalmente el esmalte. Se plantea además en las últimas décadas un efecto inhibidor del metabolismo bacteriano.

Los excesos en una gran medida son eliminados por la orina, las heces y el sudor, pero pueden llegar a niveles de acumulación muy altos en los que se convierte entonces en un factor de agresión para el organismo y cuya primera manifestación es la fluorosis dental.

Los métodos de administración del flúor por vía sistémica son:

•Fluoruración de las aguas de consumo humano

•Fluoruración de la sal de consumo humano

•Comprimidos o gotas: este aspecto es de gran importancia al implementar otras fuentes masivas de suministro de flúor pues los pediatras son muy propensos a indicar la utilización de tabletas o gotas a sus pacientes sin tener en cuenta en muchos casos las otras fuentes, siendo causa entonces de fluorosis dental

•Fluoruración del agua de consumo escolar

•Fluoruración de la leche

Las formas tópicas se refieren a aquellas aplicaciones que se realizan con determinada periodicidad. Algunas de ellas son:

•Enjuagatorios con soluciones fluoruradas, cuya periodicidad está en dependencia de la concentración de flúor

•Gel fluorurado: estas aplicaciones pueden ser realizadas por el profesional o por la misma persona, y la periodicidad es mayor que en el caso anterior

•Barniz o laca fluorurada: debe ser aplicado por el profesional pues requiere de un aislamiento de los dientes del fluido salival para incrementar su efectividad. La periodicidad es más amplia que los métodos anteriores, aunque depende de las características individuales de la persona
•Profilaxis con pasta fluorurada: se utiliza por el profesional cuando hace tratamiento profiláctico al paciente

•Cremas dentales con flúor: es utilizada por la persona cada vez que realiza el cepillado dental, se recomienda que este sea 4 veces al día. Es importante tener en cuenta esta práctica a la hora de implementar otros Programas de Fluoruración pues puede ser causa de altas dosis de flúor y por tanto producir fluorosis dental en las poblaciones. Se recomienda que las concentraciones en las cremas sean mínimas y de ser posible que no se utilicen con flúor.

En todos los casos es importante tener en cuenta que la dosis necesaria para las personas es de 0.05 a 0.07 mg por kilogramo de peso corporal.

Desde principios del siglo pasado en que se identificó la asociación entre el flúor presente en el agua de consumo y la baja prevalencia de caries en poblaciones de Estados Unidos, no se ha detenido su uso, demostrándose reducciones entre un 40 y un 80% en la prevalencia de caries cuando se sistematiza su uso a través del agua o la sal, a pesar de que existen algunos investigadores que plantean posiciones contrarias.

Consideramos que alcanzar una administración adecuada de flúor, en las cantidades requeridas para incrementar la resistencia del diente, sin llegar a producir fluorosis dental, es el método más efectivo y eficiente que existe actualmente para lograr prevenir la caries dental en todas las poblaciones.


Clinica dentisimplant