jueves, 22 de agosto de 2013

El gran mito de la fijeza dental

Los dientes tienen un ligero movimiento / Foto: Thinkstock
La mayoría de las personas creemos que los dientes deben permanecer fijos en la mandíbula y que por ningún motivo deben de moverse. Esto no es del todo cierto. Los dientes tienen movilidad y, al saberlo, también podemos enterarnos de los padecimientos pueden desarrollarse a su alrededor.
Dientes y muelas no están insertados directamente en el hueso. Entre ellos, existe un ligamento periodontal que une la pieza con el hueso de la mandíbula. Esto da cierta movilidad imperceptible a cada diente, y lo cuida a la hora de masticar. El espacio entre hueso y diente oscila entre 0.10 y 0.38 milímetros de espesor, la longitud promedio de un ligamento sano. Esto es suficiente para darle una flexibilidad protectora, que funciona como el sistema de amortiguadores del coche. De otra forma, silos dientes fueran completamente fijos, terminarían destruyéndose unos a otros.
Existe una gran cantidad de alteraciones que afectan el ligamento periodontal y que pueden ocasionar mayor movilidad, incluso comprometer la permanencia de la pieza.
Enfermedades y traumas como:
Periodontitis. Enfermedad ocasionada por bacterias a causa de mala higiene.
Abscesos. Infección que drena pus hacia el exterior, destruyendo hueso a su paso.
Quistes. Crecimientos anormales de cápsulas a causa de traumas crónicos.
Luxaciones. Golpes que pueden aflojar el diente.
Anquilosis. Fusión del hueso con el diente, por lo que pierde movilidad.
Cementomas. Crecimiento anormal del cemento del diente que lo hace perder movilidad.
Osteoporosis. Erosión en la calidad del hueso que soporta el diente.
Embarazo. Las mujeres embarazadas cursan por un periodo de inflamación de encías que debe ceder al término de la gestación.
Se han descrito cuatro grados de movilidad para determinar el estado de salud de los tejidos que rodean el diente:
Grado 0. El diente no se mueve (signos de anquilosis por trauma).
Grado 1. Menos de un milímetro de movimiento horizontal (que es el movimiento sano y natural de todo diente).
Grado 2. Más de 1 milímetro de movimiento horizontal (enfermedad periodontal y sospecha de otra alteración).
Grado 3. Más de 1 milímetro de movimiento horizontal y hundimiento en el alveolo (dientes con grado 3 de movilidad pueden estar próximos a perderse).
Es muy fácil examinar nuestros dientes en busca de su sana movilidad. Puede utilizarse un par de cucharas y, con la parte del mango, empujamos hacia dentro y fuera diente por diente tratando de moverlo horizontalmente. Si éste llegara a desplazarse un milímetro o más, debes acudir inmediatamente a tu odontólogo para realizar el diagnóstico de la pieza en cuestión. Otros síntomas pueden ser, enrojecimiento, sangrado, mal aliento y retracción de encías.
El éxito está en la prevención.